El peregrinaje de reverencia es un método de la práctica budista, que se refiere literalmente a visitar, haciendo postraciones, los monasterios y templos de los grandes patriarcas y eminentes maestros o los lugares sagrados de de los Budas y Bodhisattvas. A través de rendir homenaje y hacer reverencia a los lugares sagrados, los budistas cultivan la fe y aprenden el espíritu compasivo de los Budas y Bodhisattvas. Los budistas peregrinan a pie dando una postración cada tres pasos mientras recitan el nombre de Buda y se arrepienten sinceramente de los errores cometidos para eliminar la arrogancia y armonizar el cuerpo y la mente. El peregrinaje de reverencia se puede dividir en dos tipos: peregrinaje individual y peregrinaje en grupo. Cuando realizamos el peregrinaje a solas, aunque no recitamos el nombre de Buda en voz alta, debemos concentrarnos mentalmente en ello. 

Los siguientes son los pasos y métodos del peregrinaje en grupo:
Requisitos:
1. Mantén la cabeza erguida, recoge un poco la barbilla y mantén la parte inferior de la espalda recta, sin inflar el pecho. Mantén todo tu cuerpo entero, de la cabeza a los pies, relajado. 
2. Junta las palmas de las manos frente al pecho. (véase foto d1)
3. Mantén los ojos ligeramente abiertos y mantén una sonrisa en tu cara.

Método:
1. En el punto de partida del peregrinaje, arrodíllate, junta las palmas frente al pecho y haz votos después de recitar tres veces el nombre del Buda Shakyamuni “Namo benshi shijia moni fo (homenaje al maestro original el Buda Shakyamuni).” 
2. Después de hacer votos, haz una postración. Luego, ponte de pie, haz una reverencia y empieza el peregrinaje.
3. Mientras recitas el nombre de Buda con devoción y gratitud, haz una postración cada tres pasos. (véase foto d2)
Cuando recitas “Namo (rendir homenaje)”, los dos pies permanecen inmóviles. 
Cuando recitas “benshi (maestro original)”, da un paso con el pie derecho.
Cuando recitas “shijia (Shakya)”, da otro paso con el pie izquierdo.
Cuando recitas “moni (sabio silencioso)”, da otro paso con el pie derecho.
Cuando recitas “fo (Buda)”, pon los pies juntos.
4. Cuando escuches sonar el timbre de mano, haz una postración. (véase fotos d3 y d4); cuando escuches sonar nuevamente el timbre, ponte de pie.
5. Repite lo que se menciona arriba en los puntos 3 y 4 hasta que llegues al destino del peregrinaje.
6. Cuando llegues al destino del peregrinaje, haz una reverencia.
7. Haz tres postraciones después de recitar los versos de dedicación de méritos.

Cuando vamos de peregrinaje a pie, el método con el que nos concentramos es básicamente el mismo que al meditar caminando mientras se recita el nombre de Buda. Es decir, damos pasos hacia adelante mientras enfocamos nuestra mente en recitar el nombre de Buda y en escucharlo atentamente. La única diferencia entre los dos métodos de la práctica budista radica en que mientras peregrinamos a pie hacemos postraciones al mismo tiempo. Cuando nos postramos, ponemos nuestro foco de atención en cada uno de nuestros movimientos corporales. Sentimos cómo juntamos las palmas de las manos, nos inclinamos, nos arrodillamos, sentimos las sensaciones de cómo los codos, las rodillas y la frente tocan el suelo, de cómo volvemos las palmas de las manos hacia arriba hasta que nos levantamos del suelo y nos ponemos de pie. Debemos ser claramente conscientes de cada uno de nuestros movimientos de las articulaciones y de cada una de nuestras sensaciones corporales.    

Cuando hacemos el peregrinaje, nos postramos con toda devoción, sinceridad y concentración. A través de colocar nuestra cabeza simbólicamente a los pies de a quien o de aquello a lo que prestamos homenaje y al volver las palmas de las manos hacia arriba, en forma simbólica estamos sujetando sus pies, podemos dejar ir la arrogancia y el apego al yo y, al mismo tiempo, nos arrepentimos sinceramente de los errores que hemos cometido desde el tiempo sin comienzo. Practicando de esta manera, se armonizarán nuestro cuerpo y mente. Cuando somos claramente conscientes de las sensaciones de cómo nuestro cuerpo toca la tierra, naturalmente generaremos una mente agradecida a la madre tierra por todo lo que nos ha brindado y nos surgirán sentimientos de humildad e imperfección en nuestra mente.

A través de practicar el arrepentimiento con postraciones, generamos un corazón agradecido; a través de realizar autorreflexiones, generamos la mente de bodhichita. El peregrinaje de reverencia no es solo rendir homanaje a los lugares sagrados del Budismo con postraciones, sino también es una buena forma de entrenar la mente y descubrir nuestra verdadera naturaleza búdica inherente.  

 
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