“Las escrituras budistas parecen tan oscuras, con tantas terminologías desconcertantes; quizás no estoy hecho para aprender el Budismo”. Muchas personas suponen que no son lo suficientemente inteligentes para comprender las enseñanzas de las escrituras budistas, y mucho menos que tienen la capacidad de entender la profundidad del Budadharma. Uno no puede evitar preguntarse: "¿Estoy hecho para el Budismo y sus enseñanzas?", perdiendo así la oportunidad de familiarizarse con el Buddhaharma.

Aprender el Budismo, no quiere decir que uno deba sumergirse en sus escrituras y sutras. Durante sus enseñanzas, el Maestro Sheng Yen dijo una vez a sus discípulos: “No traten el Budadharma como un conocimiento complejo. A medida que nos preocupamos menos por nuestro propio bienestar, ganancia y pérdida, y tenemos menos arrogancia y más humildad, y tenemos menos egoísmo y más altruismo y compasión por los demás, ya hemos experimentado los principios fundamentales del Budadharma".

El Budismo enfatiza que el Buddhadharma es como el sol y la lluvia: está ahí para que todos lo disfruten. El sol y la lluvia no discriminan; somos nosotros los que elegimos usar el paraguas para protegernos del sol y la lluvia. Como un resultado de diferentes causas y condiciones internas y externas, cada uno de nosotros, los seres sintientes, venimos con diferentes aptitudes y habilidades. No obstante, el Tathagatagarbha, es decir, nuestra naturaleza de Buda originalmente pura, es intrínseca a cada uno de nosotros, solo está oscurecida por nuestras emociones aflictivas. El Budismo acentúa el aprendizaje y la práctica de acuerdo con los métodos enseñados por el Buda Shakyamuni, fundador del Budismo, y aplica la sabiduría del Budadharma en nuestra vida diaria. Por lo tanto, no hay necesidad de preocuparse si somos capaces de comprender las profundas escrituras budistas, y mucho menos albergar dudas sobre si estamos hechos para aprender el Budismo.

 
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