Respuestas a las preguntas más frecuentes sobre la recitación del nombre del Buda

Aquellos que son nuevos en el Budismo pueden tener muchas preguntas, pero no saben a quién o a dónde acudir para obtener respuestas. La siguiente compilación de preguntas y respuestas comunes relacionadas con la recitación del nombre del Buda tiene como objetivo crear un camino más suave para que los principiantes practiquen.

P1: ¿Por qué los budistas siempre se saludan con "Buda Amitabha (Amituofo, en chino)"?

R1: “Amituofo” siempre se usa cuando los budistas se encuentran o se despiden; expresan gratitud, disculpas, elogios, enojo o tristeza; o, cuando sucedió algo inesperado. ¿Por qué se usa “Amituofo” con tanta frecuencia?
La costumbre de recitar "Amituofo" en todas las ocasiones entre los budistas comenzó con el maestro Chan, Yongming Yanshou (904 - 975 d. C.), de la dinastía Tang Tardía durante las Cinco Dinastías, quien abogaba por recitar el nombre del Buda 100.000 veces al día. Esto implica recitar el nombre del Buda en cada momento del día, ya sea que uno esté sentado, de pie, caminando, acostado, durante una conversación o en silencio, así como en movimiento o en quietud. Siempre que la gente lo llamaba o le pedía orientación, sus conversaciones siempre comenzaban y terminaban con “Amituofo”. Por lo tanto, la práctica de "recordar el nombre del Buda en cada pensamiento" se transmitió de una generación a otra para formar parte de la vida cotidiana de la gente común, lo que a su vez dio forma a la tradición del Budismo chino.

“Amituofo” es la transliteración china de la palabra sánscrita “Amitabha”, que significa luz inconmensurable y vida inconmensurable. Decirse "Amituofo" unos a otros es tanto una manera simpática de saludar como una forma de expresar buenos deseos. No solo los budistas se sienten felices e inspirados cuando escuchan esto, sino que los no budistas también sienten una sensación de paz.

Además, recitar "Amituofo" puede ayudarnos a transformar nuestros pensamientos. El Maestro Sheng Yen solía aconsejar que dirigiéramos nuestros pensamientos al nombre del Buda siempre que estemos molestos o al borde de perder los estribos; esto ayuda a detener nuestra montaña rusa emocional. Con el tiempo, desarrollamos el hábito de recitar el nombre de Buda. Así, siempre que surja la ira, desaparecerá con el recuerdo de la imagen del compasivo y sereno Buda Amitabha. Practicando de esta manera, nuestros pensamientos de odio y rabia se reducirán gradualmente.
Volver arriba