P3: ¿Recitar el nombre del Buda es una práctica exclusiva para los enfermos y los ancianos?

R3: Muchas personas piensan constantemente que practicar el budismo o recitar el nombre del Buda es una práctica destinada únicamente a los enfermos y los ancianos. Asumen que debido a que son viejos, están enfermos o incluso están en su lecho de muerte, los enfermos y los ancianos necesitan recitar el nombre del Buda para orar por el renacimiento en la Tierra Pura Occidental de la Felicidad Suprema. De hecho, el propósito de la recitación del nombre del Buda no es solo orar por el renacimiento en la Tierra Pura Occidental de la Felicidad Suprema, sino también recordar las virtudes del Buda. Al recitar el nombre del Buda, podemos sumergirnos en la compasión y la sabiduría del Buda y los Bodhisattvas, aprender a ver a los seres sintientes a través de los ojos del Buda e introducir el budismo a estos seres. Por lo tanto, no se debe practicar la recitación del nombre del Buda apresuradamente o como último recurso, sino de todo corazón y sin reservas. Esto es similar a un niño que se sumerge en el abrazo de sus padres: envuelto en el amor compasivo y la tolerancia del Buda y los Bodhisattvas con cada recitación del nombre del Buda; calentando cada célula viva y relajando la mente y el cuerpo; y naturalmente generando un corazón pacífico y reverente, lleno de agradecimiento y felicidad. Esto se ejemplifica en el capítulo de la “Predicación del Bodhisattva Mahastamaprapta sobre estar conciente del Buda” en el Sutra Shurangama: “Si el niño anhela a su madre de la misma manera que ella anhela al niño, entonces vida tras vida no queden muy distanciados.  

La ansiedad y la inquietud están en todas partes en nuestra sociedad moderna, por lo que la paciencia y la tolerancia son particularmente necesarias, especialmente para los jóvenes que enfrentan la presión del trabajo y las responsabilidades familiares, etc. Al recitar el nombre del Buda, podemos tratar de visualizar su sonrisa pacífica y amable y gradualmente nuestras expresiones faciales también se suavizarán. Una recitación corta puede hacernos sentir tranquilos y relajados, elevar nuestro bienestar espiritual e incluso influir en nuestra sociedad. Por lo tanto, recitar el nombre del Buda no es una práctica exclusiva para los ancianos, sino una necesidad para todos.
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