Entrenar la mente no se puede lograr de la noche a la mañana; se necesita práctica diaria. Cuando se presente una situación inesperada, nuestros muchos años de práctica entrarán en juego y nos ayudarán a enfrentarla sin entrar en pánico ni perder el control de la emoción. Hay muchos métodos en la práctica Chan que pueden usarse para entrenar nuestra mente. Podemos practicar los siguientes métodos en nuestra vida diaria, lo que nos permite enfocar y concentrar nuestra mente con conciencia clara, para controlar constantemente nuestra mente. Hacerlo transformará nuestra mente afligida en una pura.

Como un maestro Chan de renombre internacional, el Maestro Sheng Yen frecuentemente ofrecía orientación a practicantes de diferentes partes del mundo. Especificó dos enfoques para la práctica Chan: la orientación conceptual y el entrenamiento del cuerpo y la mente. En cuanto a la orientación conceptual, el Maestro Sheng Yen usó los conceptos budistas para guiar a las personas a liberar sus aflicciones mentales, así obteniendo la alegría en el Dharma. Podemos usar constantemente los conceptos para ayudarnos a eliminar nuestros pensamientos ilusorios y apegos, así dejando ir nuestro ego o egocentrismo. Cuando experimentamos dificultades y aflicciones, aplicamos conceptos budistas para liberar nuestro estrés, cargas y tensiones mentales. Para entrenar el cuerpo y la mente, podemos usar los métodos de práctica, principalmente sentarse en meditación, postrarse ante el Buda y recitar o cantar el nombre del Buda, el dharani/mantra y el sutra, para ayudarnos a desarrollar la atención plena, en lugar de entregarnos a pensamientos ilusorios. Gradualmente, seremos capaces de usar la atención plena para reunir nuestros pensamientos dispersos en un estado mental unificado, alcanzando eventualmente el estado de no-mente. En el proceso de nuestra práctica, podemos alcanzar la alegría Chan.

En su libro, Liberado en quietud y movimiento (Liberated in Stillness and Motion, 動靜皆自在), el Maestro Sheng Yen introdujo algunos métodos simples de práctica Chan:

1. Relajar el cuerpo y la mente
 
Trata de sentarte en una posición natural y cómoda. Relaja tu cuerpo con las manos colocadas sobre los muslos y los pies apoyados en el suelo. A continuación, cierra tus ojos sin ejercer ninguna fuerza en los globos oculares y apoya tu espalda contra la silla. Relaja tus músculos faciales, seguido por tus hombros, manos, muslos, abdomen y continúa escaneando todo el cuerpo. Despeja tu mente de todos los pensamientos, mientras prestas una ligera atención a tu respiración sin tratar de controlarla. En cambio, simplemente disfruta de la sensación de relajación cómoda en este momento.

2. Unificar el cuerpo y la mente

Encuentras que tu cuerpo ya no es una carga para tu mente. Aunque aún estás consciente de la existencia de tu cuerpo, ya no te preocupas por las reacciones físicas del cuerpo. Estás en armonía con el entorno que te rodea, como si estuvieras unificado con todo el universo. En este momento, tu egocentrismo sigue presente. Solo a través de dejar ir tu cuerpo y tu mente puedes alcanzar el estado de no-yo.

3. Dejar ir el cuerpo y la mente
 
Dejar ir no significa rendirse. Tu cuerpo y tus pensamientos aún existen y funcionan con normalidad. Sin embargo, ya no te aferras ni te apegas a tu egocentrismo. Así es como entras gradualmente en el estado del no-yo a través de tu experiencia de práctica a lo largo del tiempo. El no-yo que has realizado puede ser diferente del no-yo conceptual, pero este último sin duda ayuda a lograr su verdadera realización. La gente hoy en día tiende a perseguir resultados rápidos, esperando alcanzar la iluminación “repentina” o el despertar simplemente recurriendo al conocimiento intelectual y conceptual.

De hecho, entrenar la mente requiere habilidad para cultivar la concentración. Además de practicar la meditación sentada, postrarse ante el Buda, recitar el sutra, el nombre del Buda y el dharani/mantra, transcribir el sutra también puede ayudarnos a calmar y estabilizar nuestro cuerpo y mente. Si podemos perseverar en nuestra práctica diaria durante un período prolongado de tiempo, naturalmente experimentaremos una mente tranquila y estable, y es menos probable que nos afecte y perturbe el entorno que nos rodea. 

 
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