Algunas personas han tenido la experiencia inolvidable de sentirse inspiradas al escuchar o leer por casualidad una frase de un sutra cuando se encontraban en apuros. Otros, después de leer las últimas realidades señaladas por el Buda en los sutras, encontraron una dirección nueva y puntos de apoyo en la vida cuando se sentían perdidos. Otros incluso se han sentido conmovidos por la belleza de las palabras en los sutras y, por lo tanto, han entrado en el vasto tesoro de las enseñanzas budistas. En cualquiera de estos casos, aunque el primer encuentro con el Buda a través de los sutras probablemente no haya sido intencional, sin embargo, puede haber sido realmente inolvidable, puesto que desde ese momento la vida de uno cambió por ese encuentro. Es similar a cómo el Sexto Patriarca de la Escuela Chan del Budismo chino, Hui Neng, se iluminó inmediatamente cuando escuchó a alguien recitar una frase del Sutra del diamante: “generar una mente que no more o resida en ninguna cosa.” El incidente no solo cambió su vida, sino que también cambió el curso del desarrollo del Budismo chino.

La actitud correcta para leer sutras

El Venerable Maestro Yin Shun señaló en su libro “El Camino a la Budeidad” que al escuchar las enseñanzas budistas, si albergamos una de estas tres actitudes, aunque tengamos la oportunidad de escucharlas, sería en vano. Usó una maravillosa analogía: supongamos que el Buddhadharma (enseñanzas budistas) es el agua de lluvia y el oyente es un cuenco. Si el cuenco se coloca boca abajo en el suelo, no hay ninguna manera de que el agua de lluvia lo rellene. Esto muestra que si el oyente está distraído o disperso, escuchar las enseñanzas budistas es lo mismo que no escuchar nada. Si el cuenco ya contiene suciedades o toxinas, aunque el agua de lluvia fue recogida en el cuenco, no se puede utilizar. Esto es análogo al oyente que escucha atentamente las enseñanzas budistas, pero tiene ideas preconcebidas. Escuchar las enseñanzas budistas, entonces, puede dar lugar a dudas acerca de éstas en su mente. Por último, si el cuenco ya tiene grietas, aunque esté limpio y libre de toxinas, no podría retener el agua de lluvia. Esto representa que aunque el oyente no tiene ideas preconcebidas o dudas, pero su mente está dispersa y preocupada por otros asuntos, tan pronto como termina de escuchar las enseñanzas budistas, casi se le olvida todo. Por lo tanto, cuando leemos sutras o escuchamos el Budadharma necesitamos tener concentración y fe en las enseñanzas budistas. Si nos surgen dudas, debemos buscar respuestas a ellas. No debemos leer sutras con una mente dudosa. 

A pesar de que no hayamos podido vivir en la misma época que el Buda Shakyamuni y no pudimos tener la oportunidad de sentarnos con el Buda bajo el árbol de Bodhi junto con sus grandes discípulos, como Ananda, Mahakasyapa, Sariputra y Maudgalyāyana, escuchando felizmente las enseñanzas del Buda, sin embargo, cuando abrimos los sutras, podemos encontrarnos con el Buda. “Así lo he escuchado” no es una frase que solo Ananda puede decir. Después de leer sutras, también podemos decirles a nuestros amigos: "Así he escuchado al Buda decir ..."

Es difícil poder escuchar el Budadharma, sin embargo, ya lo hemos escuchado.

En esta época acelerada y de cambios rápidos, nunca podemos saber cuándo y qué aspecto de las vastas enseñanzas que el Buda dio hace 2600 años llegará a la vida de diferentes personas. “El Buda predica en una sola voz, pero todos los seres sintientes lo entienden a su manera." Dependiendo de sus experiencias de vida y su nivel de comprensión, cada oyente entiende de manera diferente la misma frase pronunciada por el Buda 

Sin embargo, después del encuentro con el Buda, lo más importante es experimentar y poner en práctica sus enseñanzas en nuestra vida cotidiana. A medida que practicamos el Budadharma por un período prolongado, a veces podemos sentir falta de motivación y de iniciativa para seguir adelante incluso si sabemos lo maravilloso que es el Budadharma. Este es el momento oportuno para recordar nuestro encuentro inicial con el Buda a través de los sutras y cómo nos conmovió. De este modo, podemos recuperar la “mente de principiante” y recargar nuestra energía para seguir adelante en el camino budista.  

 
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