Al vivir en la acelerada sociedad actual, nos damos prisa al ir a trabajar o a reuniones todos los días. Siempre estamos en movimiento para llegar a algún lugar. Aunque nuestras piernas se mueven, no nos damos cuenta, no nos enfocamos en los pasos. Ya sea que estemos caminando tranquilamente o dando zancadas para tener una buena salud, generalmente estamos inmersos en pensamientos, música o conversaciones. Sin un cuerpo-mente unificado, las personas se sienten ansiosas y cansadas al caminar, sin mencionar la mejora de la salud y la relajación. Entonces, ¿qué podemos hacer exactamente para caminar con facilidad y llevar una vida saludable?

Hace 2.600 años, cuando los coches, trenes y aviones aún no se habían inventado, el Buda Shakyamuni y sus discípulos viajaron a pie por el Ganges para difundir el Dharma. Dando un paso a la vez, el Buda caminó en paz para manifestar y predicar el Dharma durante su largo ministerio de cuarenta y cinco años. El enseñó a sus discípulos un método de caminar que podría ayudarlos a calmar sus mentes: la meditación caminando, también conocida como cankrama en sánscrito. Que consiste es caminar de un lado a otro con determinación a una velocidad constante y moderada, en un área determinada en un campo abierto o en un bosque. “Reúna los seis sentidos hacia su interior y no se aferre más a las circunstancias externas” es en realidad traer nuestras mentes errantes de regreso al momento presente. En este sentido, la meditación caminando, a diferencia de caminar, es un método de práctica diligente.

De acuerdo con el Dharmagupta-vinaya y el Sutra de la Aparición de la Luz, la meditación caminando no solo puede ayudar a mejorar la digestión, el sistema inmunológico, vencer el cansancio, sino también ayudar a los practicantes a lograr la estabilización meditativa. Es obvio, por lo tanto, que mejora la salud física y mental, armoniza el cuerpo y la mente, y nos hace conscientes.

Cuando el cuerpo está en acción, ¿cómo podemos concentrarnos para lograr una mente tranquila? Caminar, de hecho, solo requiere movimientos fáciles y repetitivos. Cuando nos enfocamos resueltamente en cada paso, estabilizamos gradualmente la mente. Mientras caminamos, solo debemos ser conscientes de nuestras acciones y saber exactamente lo que está haciendo nuestro cuerpo. Por lo tanto, caminar, una acción tan fácil, puede entrenar tanto el cuerpo como la mente. Aunque la meditación caminando es un método diligente de práctica Budista, todos pueden aplicarla fácilmente como un método para armonizar y calmar el cuerpo, y la mente en su vida diaria.
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