
Dependiendo de su función, existen dos tipos de ofrendas de lámparas. Un tipo de ofrendas son las lámparas que solo se encienden durante los servicios del Dharma; el otro tipo son las lámparas que siempre permanecen encendidas día y noche.
La tradición budista de encender lámparas tiene su origen en la historia de Nanda, una mujer pobre que hace ofrenda de lámpara al Buda, en el Capítulo de la Mujer Pobre del Sutra de los Sabios y los Necios (Damamuka Nidana Sutra).
La lámpara ofrecida por la mujer pobre nunca se apaga
Durante la época del Buda Shakyamuni, en la ciudad de Sravasti de la India, había una mujer pobre llamada Nanda, quien vivía mendigando en las calles. Un día, vió que todas las personas de la ciudad hacían ofrendas al Buda y a la Sangha en la mejor forma posible dentro de su capacidad, mientras que ella, a causa de su karma negativo de las vidas pasadas, que le hizo ser pobre en esta vida, no podía ofrecer nada al Buda. Además de sentirse muy triste, ella estaba profundamente arrepentida y se comprometió a mendigar más para poder hacer ofrendas al Buda. Incluso utilizó la única moneda que adquirió al pasar todo el día mendigando por las calles para comprar aceite, con el fin de realizar la ofrenda de lámpara.

A medianoche, la llama de todas las lámparas de aceite se había apagado, menos la de la lámpara ofrecida por Nanda. Cuando amaneció, Mahamaudgalyayana, uno de los diez principales discípulos del Buda Shakyamuni, se dió cuenta de que la lámpara de Nanda permanecía aún encendida, pensando para sus adentros que sería un desperdicio dejarla encendida durante el día y quiso apagarla. Por mucho que lo intentaba, Mahamaudgalyayana no podía apagar la lámapara de Nanda. Cuando el Buda vio a Mahamaudgalyayana intentando apagar la lámpara, le dijo: “Aunque regaras esta lámpara de aceite con el agua de todos los océanos del mundo o la soplaras con los vientos de las cuatro direcciones, no podrías apagarla porque esta lámpara fue ofrecida por una persona que ha generado la gran mente Bodhi.”
Cuando el Buda acabó de decirlo, Nanda vino otra vez al monasterio para rendir homenaje al Buda. El Buda le dijo: “Después de dos kalpas, te convertirás en un Buda y tu nombre será “Buda Dipankara.” Al escuchar la predicción de Buda, Nanda se sintió muy feliz e inmediatamente pidió al Buda su admisión en la comunidad monástica. El Buda le concedió su petición y ella se unió a la sangha.
Es debido a esta historia que los budistas creen que hacer ofrendas de lámparas a los Budas y Bodhisattvas puede generar grandes méritos, por lo que la tradición de hacer ofrendas de lámparas ha continuado hasta nuestros días.

En muchos sutras, se mencionan numerosos beneficios de ofrecer lámparas. Por ejemplo, en el “Sutra en que el Buda habla de los méritos de ofrecer lámparas (el Pradipadaniya Sutra)”, el Buda explica que aquellos que ofrezcan lámparas a los Budas tendrán una apariencia digna, una riqueza abundante y una gran sabiduría.
En el “Sutra de la explicación del Buda para el laico Suka sobre las distinciones en la retribución kármica”, también se mencionan los diez tipos de méritos de ofrecer lámparas de aceite o de vela a los Budas y Bodhisattvas que uno puede obtener, incluyendo: obtener gran fortuna, tener clarividencia, tener sabiduría para distinguir lo bueno de lo malo, renacer en el mundo saha* pero siempre mantenerse alejado de problemas, y alcanzar rápidamente el nirvana, etc. Estos pasajes del sutra relacionados con los beneficios y méritos de hacer ofrenda de lámparas refuerzan la fe de los budistas en encender las lámparas. Los beneficios y méritos de hacer ofrenda de lámparas mencionados en el sutra también aumentan la confianza y la acumulación de recursos de los budistas en el camino de la práctica.
* En el Budismo, el mundo saha se refiere al mundo terrenal en la cual viven los seres sintientes; el mundo corrupto plagado de aflicciones y sufrimiento, los cuales deben soportar para poder sobrevivir.