"El Budismo solo aboga por hacer buenas obras" es el estereotipo que tienen muchas personas, por lo que creen que siempre que tengan bondad en su mente, hagan donaciones frecuentemente a las organizaciones benéficas, participen en trabajos voluntarios y ayuden a los necesitados, eso sería suficiente. Entonces, ¿qué queda por aprender en el Budismo? Este es el obstáculo más común en el aprendizaje del Budismo para las personas.

Aunque albergar pensamientos bondadosos, hacer trabajos voluntarios, etc., son muy importantes, no equivalen a aprender el Budismo. Nuestro viaje en este mundo está pavimentado de frecuentes y numerosas dificultades, a menudo plagado de incertidumbres sobre el significado de la vida y su valor, y a veces incluso lleno de miedo a lo desconocido. En momentos como éstos, la sabiduría del Buddhadharma puede ayudarnos a aclarar estas dudas y a disipar estos miedos y ansiedades.

El propósito de aprender el Budismo es cultivar la bondad, la compasión y la sabiduría, de modo que podamos aplicar la sabiduría del Budadharma para calmar las situaciones que surgen de la impermanencia de la vida, las circunstancias adversas y las aflicciones, y así evitar hundirnos en un abismo de sufrimiento. Después de todo, la vida está llena de altibajos, y ciertamente pasaremos por muchas incertidumbres y cambios. Por el otro lado, los conceptos y métodos que adquirimos al aprender el Budismo nos permitirán refinar nuestra sabiduría del Budadharma, ya sea en los buenos o en los malos tiempos. La posesión de esta sabiduría nos ayudará a trascender el dolor y el sufrimiento de este mundo, de modo que aunque estemos atados físicamente aquí, nuestras mentes estarán libres de aflicciones mentales. Esa es la sabiduría del Buddhadharma.

 
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