Muchas personas piensan que participar en las Ceremonias del Arrepentimiento de la Gran Compasión y el servicio del Arrepentimiento del Emperador Liang o admitir las propias malas acciones mentalmente es suficiente para purificar el karma negativo. De hecho, el karma negativo de uno simplemente no se disuelve después de realizar las postraciones de arrepentimiento. Más bien, solo después de admitir honestamente los propios errores, asumir la debida responsabilidad por ellos y a través de hacer votos para corregirlos, la mente puede volver a su pureza y, por lo tanto, liberarse de las preocupaciones y cargas.

En su libro "Orthodox Chinese Buddhism (Budismo Chino Ortodoxo)", el Maestro Sheng Yen señaló que los budistas definitivamente creen en la eficacia del arrepentimiento: "La función del arrepentimiento es iniciar un proceso incesante de autorreflexión y autodisciplina, para desarrollar la vigilancia basada en la autoconciencia y purificar la propia mente con autoestima, para prevenir la ocurrencia del mismo error. Mientras uno tenga la determinación de comenzar de nuevo y se dé cuenta de que el pasado se ha ido y no tiene ningún sentido permanecer en él, la mente se liberará de la sensación de culpa y recuperará la serenidad. Esta es la función del arrepentimiento."

En otro libro, "Common Questions in the Practice of Buddhism (Preguntas Comunes en la Práctica del Budismo)", el Maestro Sheng Yen también nos recuerda que "El principio básico para eliminar la calamidad es arrepentirse de las malas acciones pasadas y prometer cambiar para mejor. Cualquier retribución kármica que uno merezca debe aceptarse de buen grado; incluso, tan pronto como uno comienza a arrepentirse y promete cambiar, algunas retribuciones que aún no se han recibido pueden cambiar en consecuencia". El mismo razonamiento se aplica que realizando las postraciones de arrepentimiento se reducen las obstrucciones kármicas. Desde la perspectiva de la verdad absoluta del Budismo, arrepentirse de todas las malas acciones sin reservas requiere que uno contemple profundamente la verdadera naturaleza de las malas acciones, comprendiendo así que la naturaleza de las ofensas es vacía; todos los fenómenos consisten en la reunión de causas y condiciones, y todos ellos sufren cambios. Sin embargo, aunque la naturaleza de las ofensas sea vacía, las consecuencias de las malas acciones todavía existen. Por lo tanto, no es correcto decir que uno puede liberarse de las retribuciones kármicas a través de la contemplación de la vacuidad. Uno todavía debe practicar en concordancia con el Dharma en la vida cotidiana y arrepentirse sinceramente. Al recibir las retribuciones kármicas, uno debe comprender que así es como debe ser y aceptarlo de buena gana sin crear más karma negativo. De esta manera, gradualmente uno tendrá paz y estabilidad en cuerpo y mente.
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