R: Hay muchos niveles de relajación. La relajación superficial es la relajación del cuerpo, mientras que la relajación profunda es la relajación de la mente. El cuerpo no se pone tenso por sí mismo; más bien, es la mente la que le ordena que se ponga tenso. Por lo tanto, se puede decir que las sensaciones corporales que sientes son una manifestación de la mente.

Por ejemplo, cuando un animal se encuentra en peligro, se enfrenta a la decisión de luchar o huir. Para salvar la vida, el cuerpo está en un estado de preparación para la lucha, por lo que el cuerpo de un animal se pone tenso. En nuestra vida diaria, aunque no hay amenaza para nuestras vidas, usamos nuestro cuerpo para lograr los resultados que queremos, como completar el informe antes de salir del trabajo, lograr ciertos niveles de desempeño profesional, étc. Este proceso no es diferente de ese de los animales. Mientras los animales luchan por sobrevivir, de nosotros se espera que cumplamos con los requisitos y valores del mundo. La tensión y el nerviosismo que sentimos en el cuerpo es solo una señal. La verdadera relajación debe comenzar por lidiar con la fuente del estrés, y el núcleo de esa relajación se basa en nuestros valores y actitud ante la vida.

Por esta razón, las escrituras budistas no hablan de relajación corporal, sino que comienzan directamente con la "mente". Por ejemplo, el Gran Discurso de los Fundamentos de la Atención Plena (Maha Satipatthana Sutta, en Pali) habla de los Cuatro Fundamentos de la Atención Plena: el cuerpo, los sentimientos, la mente y los dharmas. El Buda pidió a sus discípulos que fueran claramente conscientes de cada uno de sus movimientos. Solo sean conscientes de que están caminando cuando caminan y que están comiendo cuando comen. De la misma manera, cuando el cuerpo esté tenso, solo sé consciente de que el cuerpo está tenso. Sólo sé consciente de la tensión cuando el cuerpo está tenso y de la ligereza cuando el cuerpo está relajado. No hay necesidad de cambiar o ajustar su estado de tensión o ligereza. Igual como ver un juego de pelota al margen, sé un espectador completo.

Sin embargo, nuestras mentes no actúan de esta manera. Siempre queremos transformar los fenómenos externos y los resultados en aquello que queremos. Como resultado, a menudo nos molestan algunas cosas triviales, y ocasionalmente una pequeña enfermedad o incomodidad nos lleva al rechazo y la obstinación. Esto solo ya es suficiente para que el cuerpo se ponga tenso. El cuerpo y la mente se influyen mutuamente, y cuanto más nos preocupamos por él, más difícil es relajarnos.

 
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