Todos los métodos budistas de práctica están destinados a ayudarnos a alcanzar la libertad y la liberación definitivas. Podemos recitar el nombre del Buda o de Bodhisattvas cuando tenemos aflicciones mentales o cuando experimentamos angustia y dificultades. Recitar el nombre del Buda o de Bodhisattvas nos ayuda a enfocar nuestra mente y cultivar la concentración.

En la Introducción al Budismo 《佛教入門》, el Maestro Sheng Yen nos enseñó el método de recitación del nombre del Buda, que incluye los nombres de todos los Budas y Bodhisattvas, y no solo recitar el nombre del Buda Amitabha. Por ejemplo, un retiro de recitación del Buda Amitabha de siete días está diseñado específicamente para la práctica de recitar el nombre del Buda Amitabha durante siete días consecutivos; del mismo modo, lo mismo ocurre con el retiro de recitación del nombre del Buda de siete días dedicado al Buda de la Medicina (Bhaiṣajyaguru-vaiḍūryaprabhārāja), al Bodhisattva Maitreya, al Bodhisattva del Tesoro de la Tierra (Kṣitigarbha), al Bodhisattva Guanyin (Avalokiteśvara), al Bodhisattva Manjushri y al Bodhisattva Samantabhadra.

¿Cómo practicamos el método de recitar el nombre del Buda? Hay dos formas principales de recitar el nombre del Buda: usando la mente dispersa y con la mente concentrada. Podemos hacer lo primero en cualquier momento o lugar, recitando en voz alta o en silencio en nuestra mente, incluso cuando conversamos con alguien. El último método se utiliza durante un período de tiempo específico reservado para realizar una práctica intensiva, donde normalmente recitamos el nombre en voz alta continuamente mientras escuchamos nuestra propia recitación.

El Maestro Yin Guang animó a las personas a contar el número de recitaciones, lo cual es diferente de llevar la cuenta de las recitaciones a través de un dispositivo como una sarta de cuentas. El primero requiere que los practicantes cuenten en silencio un número para cada recitación, del 1 al 10, en un ciclo completo. Si repetimos este ciclo continuamente, encontraremos que nos ayuda a lograr una concentración enfocada. Cuando nuestra práctica de recitación alcanza el estado de concentración de una sola mente sin confusión, somos naturalmente capaces de recitar el nombre del Buda con una mente concentrada, en lugar de con una mente dispersa.
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