
El Venerable Maestro Sheng Yen, fundador de la Montaña Tambor del Dharma, ha dicho: “Los llamados monjes y monjas dedican toda su vida a la propagación del Budismo y al bienestar de los seres sintientes, para que todos aquellos que entran en contacto con el Budismo puedan experimentar sus beneficios. Eso es una responsabilidad de por vida.” Los que han decidido recibir la tonsura y convertirse en monjes y monjas siguen el ejemplo de los Budas y Bodhisattvas, quienes han hecho grandes votos compasivos de liberar a todos los seres sintientes del sufrimiento, para consagrarse al bien de los demás en el futuro infinito y hacer perdurar las enseñanzas de Buda. La parte mas importante de recibir la tonsura y convertirse en monje radica en tomar los preceptos, y ese es el fundamento del camino que conduce al Nirvana. Después de hacerse monje, la finalidad de la vida monástica, para uno mismo, es buscar la liberación del ciclo de nacimiento y muerte; para los demás, es advertir al mundo y reformar las costumbres y para el Budismo, es guardar y practicar las enseñanzas de Buda para que se divulguen y permanezcan en el mundo.
