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La abadesa del Templo Nichiren Shu Koo compartió su camino de la divulgación del Budismo en Japón.

25/12/2019
El 25 de diciembre de 2019 la 27° abadesa del Templo Nichiren Shu Koo (こうおうじ 高応寺) de la Escuela Nichiren, Naho Sakai (プロフィール 酒井菜法), y su padre, Kenyo Mitomo, Profesor de la Universidad de Rissho de Japón y amigo del Venerable Maestro Sheng Yen cuando estaba en Japón, visitaron el Centro Mundial para la Enseñanza Budista de la Montaña Tambor del Dharma, situado en Jinshan, Nueva Ciudad de Taipei, Taiwán. La abadesa ofreció en la Sala de Conferencias Internacionales un discurso titulado “Madre abadesa que muestra atención a la gente en la comunidad”, compartiendo sus experiencias y esfuerzos de cuando asumió el cargo de abadesa hace alrededor de 4 años y ayudó al templo de unos 400 años de historia a transformarse en un refugio para la comunidad. El Venerable Guo Huei, abad de la Montaña Tambor del Dharma, dio unas palabras de bienvenida y Xu Shu Xun, antiguo alumno del Instituto de Estudios Budistas Chung Hwa, se desempeñó como intérprete del japonés al chino. En el discurso se contó con la participación de unos 145 asistentes.   En su discurso, la abadesa manifestó que en Japón a los monjes y monjas se les permite no cortarse el pelo y tener una vida de familia. Por lo que había vivido una vida de 5 años como ama de cada. Durante ese tiempo, se preguntaba a menudo: “¿Cuál es la diferencia entre mi vida monástica y la de una ama de casa? ¿Puedo considerarme a mí misma como una monja?” y siempre estaba luchando contra su conflicto interior. Después, con el apoyo de su esposo e hijos, tomó la decisión de trasladarse al Templo Nichiren shu Koo, se rapó la cabeza y en el 2015 asumió el cargo de abadesa.   Como abadesa, esposa y también madre de 3 hijos, Naho Sakai señaló que “he experimentado en carne propia las perturbaciones y aflicciones mentales y emocionales que producen los diferentes papeles que desempeño en mi vida, espero que las madres que se están dedicando al cuidado del hogar y la crianza de los niños puedan visitar el templo y resolver conjuntamente los problemas de la vida utilizando las enseñanzas del Buda.”   Después del terremoto de Japón en 2011, obtuvo la certificación de “capellanía clínica en hospicio” y comenzó a dedicarse a acompañar y escuchar a los enfermos terminales que reciben cuidados paliativos en el hospital, esperando que, como una monja budista, pudiera aportarles tranquilidad y paz interior a los enfermos al final de la vida.   La abadesa ahora está muy activa en los medios informativos tales como el canal japonés NHK y el periódico Asahi Shimbun y también publica libros de desarrollo espiritual, creando un camino diferente de propagar el Budismo en Japón.
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