Preguntas y respuestas

¿Es necesario quemar cicatrices de incienso al recibir los preceptos?
Por el maestro Chan Sheng Yen

No todos los lectores habrán escuchado sobre la práctica mencionada en este texto, pero aquellos que están familiarizados con monjes y monjas del Chan habrán notado las tres (o más) cicatrices circulares en la parte superior de sus cabezas. Hay tres etapas de la ordenación monástica del Chan: novicio, ordenación completa (bhikṣu/ bhikṣunī) y preceptos del Bodhisattva. Durante la ceremonia para la toma de preceptos del Bodhisattva, los conos de incienso encendidos se colocan sobre la cabeza de los ordenados para producir cicatrices. Esto tiene lugar en grupo, los ordenados e instructores cantan el nombre de Buda durante todo este tiempo. Tarda unos quince minutos para que los conos de incienso se quemen completamente. Después, las cáscaras de sandía y aloe que favorecen el enfriamiento se colocan alrededor del área quemada, pero las quemaduras en sí permanecen intocables por varios días, para evitar infección y permitir que se forme una cicatriz redondeada perfecta.
Este texto fue redactado originalmente en 1962 para la revista budista china “海潮音” (Haichao yin, Sonido de las Olas del Mar). Después fue publicado en el libro del maestro Sheng Yen “律制生活” (Lu zhi sheng huo, El Vinaya y la Vida Cotidiana, 1963). Fue traducido al inglés por Jeffrey Kotyk y editado por Chiacheng Chang.

¿Es necesario quemar cicatrices de incienso en la cabeza al recibir los preceptos? Creo que, después de escribir mis puntos de vista sobre esta cuestión, debido a que tanto apruebo como desapruebo la práctica, aquellos que no estén de acuerdo con la quemadura de cicatrices de incienso se me opondrán, mientras que aquellos que la aprueban, estarán contra mí.

Según la opinión general basada en información no fiable de encuestas, la toma de preceptos y la quemadura de la cabeza con incienso son dos aspectos de la misma cosa. Si no se quema la cabeza al recibir los preceptos, entonces aquellos que han recibido los preceptos no tendrán modo alguno de obtener el reconocimiento de la mayoría de las personas. Además, se cree que cuantas más quemaduras en el cuero cabelludo, más elevado el nivel de preceptos. Por lo tanto, algunos piensan que con los preceptos del novicio hay tres conos de incienso quemados, mientras que con los preceptos de bhiksu, nueve, y con los preceptos del bodhisattva, doce.

Los preceptos Hinayana, en realidad, fundamentalmente no permiten el acto intencionado de dañar el cuerpo; es una violación de los preceptos. Las Diez Recitaciones del Vinaya (Shi Song Lü, en chino; Daśa Bhāṇavāra Vinaya, en sánscrito) de la Escuela Sarvāstivāda, tiene una norma clara donde el cortar intencionalmente el propio dedo es cometer una transgresión duṣkṛta (acción malvada o acto indebido). Es inaceptable cortar intencionalmente un dedo, así como es inaceptable quemar un dedo. Podemos razonar de igual manera y saber la respuesta en cuanto a si la quemadura de la cabeza constituye una transgresión o no. Por esta razón, los lamas tibetanos no tienen costumbre de quemar inciensos en la cabeza aunque practiquen el Budismo Mahāyāna Esotérico y defiendan las austeridades. En los países Theravada, esto es básicamente insólito. Los preceptos del novicio y bhikṣu son preceptos Hīnayāna, que no incluyen ninguna práctica de quemar la cabeza con incienso. Solo se adopta en las prácticas Mahāyāna del Bodhisattva.

¿Autolesión como un ofrecimiento?
El fundamento canónico principal de quemar los conos de incienso es la Escritura Brahma Net y sus varios comentarios. Su decimosexto precepto menor expone: “Viendo a un bodhisattva principiante que acude en busca de los sūtras Mahāyāna y regímenes disciplinarios desde cien o mil millas, todas las prácticas austeras deberían explicarse de acuerdo con el Dharma, tal como la quemadura del cuerpo, la quemadura del brazo y la quemadura del dedo. Si no queman su cuerpo, brazo o dedo como una ofrenda a los Budas, no son Bodhisattvas renunciantes. Incluso para tigres hambrientos, lobos, leones y todos los espíritus hambrientos, ellos deberían abandonar la carne de sus cuerpos, manos y piernas y ofrecérselas. Después, el Verdadero Dharma será explicado en secuencia a todos y cada uno de ellos, para abrir sus mentes y comprender la verdad.”

Esta práctica austera enseña que los Bodhisattvas renunciantes queman sus cuerpos, brazos y dedos, así como también abandonan su carne y la ofrecen a los tigres hambrientos, lobos, leones y a todos los espíritus hambrientos. En cuanto a los relatos de quemar el cuerpo como una ofrenda a los budas, aparte de la Escritura Brahma Net, la mayoría de los demás sūtras Mahāyāna sobre preceptos no tienen ninguna descripción sobre eso. Sin embargo, en otro tipo de sūtras and śāstras Mahāyāna, en realidad hay relatos sobre ello. Por ejemplo, en el capítulo titulado “Vidas Pasadas del Bodhisattva Rey de la Medicina” (Yao Wang Pusa Benshi Pin, en chino) en el Sūtra del Loto, hay un relato de quemar el cuerpo como una ofrenda al Buda, que recibe la alabanza simultánea de Budas de los mundos tan numerosos como los granos de arena de ocho mil millones de Ríos Ganges: “¡Bien! ¡Bien! ¡Hombre virtuoso! Esto es verdadero esfuerzo. ¡Esto constituye verdadero ofrecimiento al Tathāgata al practicar el Dharma en su verdadero sentido!

El maestro Zhiyi (538-597) de la Escuela Tiantai, también leyó este pasaje y tuvo un destello de despertar, tras lo cual se sentó en quietud y entró en concentración meditativa, presenciando personalmente la asamblea en el Pico de Buitre, solemne y aún sin dispersarse.
Está claro que el mérito de quemar el cuerpo como una ofrenda a los budas es inconcebible. Este es el por qué el mismo capítulo en el Sūtra del Loto también expone: “Si uno ha generado la aspiración de alcanzar anuttarā-samyak-saṃbodhi, y es capaz de quemar un dedo o incluso el dedo gordo como una ofrenda a una estupa budista, sería superior al ofrecimiento del propio país, ciudad, esposa, hijos y mil cosmos de montañas, bosques, ríos, y estanques, al igual que varios tesoros.”

No para los Bodhisattvas Principiantes
Sin embargo, una cosa debería quedar clara: la capacidad del Bodhisattva Rey de la Medicina de practicar este tipo de camino austero está más allá de comparación con un bodhisattva principiante que está en la etapa de un ser común y corriente. El Bodhisattva Rey de la Medicina adopta primero varios tipos de materiales de incienso por mil doscientos años, y luego se unta a sí mismo con aceite fragante. Con poder sobrenatural y aspiraciones, luego quema espontáneamente su cuerpo, que queda encendido por otros mil doscientos años, tras lo cual se quema. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿quién de entre nosotros puede tener este tipo de poder sobrenatural y aspiracoines, y después quemarse a sí mismo? ¿Quién es capaz de quemar este cuerpo de carne y sangre por mil doscientos años?

Hay muchos ejemplos en los sutras budistas donde a alguien no le importa deshacerse de su cuerpo para escuchar el Dharma, por lo tanto, en el Avataṃsaka Sūtra el Bodhisattva Samantabhadra le dice a Sudhana: “Dentro de mi océano del Dharma, ni una sola palabra o verso se obtuvo sin renunciar a posiciones apreciadas tales como aquella del Rey Girador de la Rueda o sin renunciar a cada posesión posible.”

Sin embargo, esto se lleva a cabo por aquellos que son Bodhisattvas en la etapa de tolerancia y más allá, cuando están en un ambiente en donde el Dharma no está disponible. Además, abandonar la propia carne, manos y pies, y luego ofrecércelos a los tigres, lobos, leones y a todos los espíritus hambrientos se hace por compasión hacia los seres, con la esperanza de que a través de abandonar el cuerpo como comida, podríamos acoger, transformar y guiarlos, que es el por qué la Escritura de Brahma Net en el mismo precepto antes mencionado, expone: “Después, el Verdadero Dharma será explicado en secuencia a todos y cada uno de ellos, para abrir sus mentes y comprender la verdad.”

Bodhisattvas en las Nobles Etapas
Así pues, no hay ningún lugar en los reinos que no sea un lugar para el Bodhisattva de abandonar su carne y cerebro por el bien de los seres sensibles. Los bodhisattvas podrían transformarse en una gran montaña de carne para salvar a las personas hambrientas, quienes luego los cortarían en pedacitos. "Podrían manifestarse como un gran pez para que las personas pesquen y coman. Podrían ser tan nobles como un rey y, sin embargo, para salvar a una sola paloma, cortarían su propia carne como sustituto para ofrecer a los que quieren comerse a la paloma." Aunque estuvieran desangrandose, todavía no lo considerarían como sufrimiento.

Sin embargo, solo un Bodhisattva en las nobles etapas podría hacerlo; de lo contrario, si el abandono de carne para la alimentación de los tigres, lobos y leones hambrientos sucediera primero, ¿cómo podría ser posible eso de:“Después, el Verdadero Dharma será explicado en secuencia, a todos y cada uno de ellos, para abrir sus mentes y comprender la verdad”? Además, incluso aunque tuvieran la gran mente de abandonar el cuerpo, sin haber alcanzado la etapa de tolerancia no podrían siquiera no sentir nada de dolor cuando lo hicieran. Puesto que su vida podría terminar en esa agonía, también sería difícil tener autocontrol en cuanto a dónde irían después de la muerte.

Los seres sensibles ordinarios tienen más obstáculos kármicos que buenas causas, y más karma fijado que poder de votos, lo cual es el por qué hay pocos que experimentan dolor sin enfadarse, y no son muchos los que podrían enfadarse y aún no descender a un reino inferior como resultado. Entonces, el precepto 38 menor de la Escritura de Brahma Net especifica que un Bodhisattva no debería entrar intencionalmente en áreas peligrosas, de lo contrario, violan un precepto. Las áreas peligrosas incluyen “países en peligro, reinos gobernados por reyes malvados, terrenos con precipicios, una jungla, lugares habitados por leones, tigres o lobos, áreas que sufren inundación, fuego o viento, áreas con bandidos y serpientes veneosas en los caminos.” No hay contradicción con lo que expone el decimosexto artículo, que se refiere a un Bodhisattva en las nobles etapas; mientras que aquí se refiere a un Bodhisattva principiante.

El Bodhisattva en las nobles etapas se deshacerá de su cuerpo para alimentar a los tigres y lobos, porque es capaz de acogerlos y liberarlos. Aunque el Bodhisattva principiante podría ser devorado, huesos y todo, por un tigre o un lobo, no solo las bestías no podrán ser liberadas, sino que al revés, a causa de que comieron un Bodhisattva que está practicando el camino, el karma del acto sería mucho más grave. Así pues, está claro que el mérito de abandonar el cuerpo, así como su espíritu, es grande, pero el Bodhisattva principiante aún carece de base sólida y no puede rechazar su cuerpo tan a la ligera, de lo contrario, habrá plantado las causas de sufrimiento y sufrirá consecuencias kármicas en forma de sufrimiento. Eso no vale la pena en absoluto.

En el canon budista, podemos ver relatos de personas rechazando o quemando sus cuerpos. Incluso en los capítulos titulados “Olvidando el Cuerpo” (Wang shen pian, en chino) y “Abandonando el Cuerpo” (Yi shen pian, en chino) en las Biografías de Eminentes Monjes (Gaoseng Zhuan, en chino), no hay escasez de dichos ejemplos. Algunos lo hicieron para proteger el Dharma mientras otros lo hicieron con aspiraciones compasivas por el bien de liberar a los seres o como un método de buscar mérito, por lo tanto, cada uno fué capaz de crear un gran impacto. Entre ellos, sin duda alguna, hay Bodhisattvas de las nobles etapas en manifestación, pero no podemos decir que no hubo en absoluto practicantes que eran seres ordinarios.

Perseguir ciegamente el mérito
Sin embargo, si no estamos seguros sobre este tipo de práctica, o cuando no sea para un momento crítico, es mejor no emplearlo precipitadamente, porque, aunque el cuerpo material no es algo para dar tanta importancia, es la herramienta con la que practicamos el camino. Si nos falta habilidad o nuestra sabiduría es débil, luego, persiguiendo ciegamente el mérito a través de quemar el cuerpo, o abandonándolo, como mucho solo resultará en un nacimiento en los cielos, tras lo cual, cuando uno agote sus bendiciones celestiales, descenderá nuevamente a los destinos inferiores, o también, quizás degenerará en el cielo del Rey Māra, que sería todavía más miserable.

Nuevamente, la práctica de quemar el cuero cabelludo no carece de base en el canon budista. Además, no es solo quemar el cuero cabelludo, sino que también hay mención de incluso remover la parte superior de la propia cabeza con un cuchillo, vertiendo aceites perfumanos y encendiéndola como una lámpara. Este tipo de práctica merece ciertamente nuestro respeto y alabanza, pero no es algo para obligarse, porque, si nos faltan reverencia y resistencia, entonces resultaría intolerable. Al mismo tiempo, la Escritura de Brahma Net solo expone la quemadura del cuerpo, brazo y dedo, sin imponer la condición de que una persona quemara su cabeza.

Hay algunos que piensan que la parte superior del cuerpo de una persona es el más honorable de los lugares, de modo que la quemadura del cuero cabelludo simboliza o representa la quemadura del cuerpo. Esta interpretación es, por supuesto, razonable. Sin embargo, necesitamos tener una idea clara de un hecho: aunque la Escritura de Brahma Net exija que un Bodhisattva renunciante deba quemar su cuerpo, brazo y dedo, así como también abandonar su cuerpo como comida para leones, lobos y espíritus hambrientos, no dice nada en absoluto que bhiksus, quienes reciben los preceptos de Bodhisattva, deban primero quemar su cuerpo o abandonarlo, o que si no queman su cuerpo o lo abandonan, entonces no obtendrán los preceptos.

Dos Asuntos Diferentes
En particular, no esta previsto que el renunciante, antes de recibir los preceptos de Bodhisattva, deba primero quemar su cuero cabelludo para luego ser capaz de obtener los preceptos. Este es el por qué este asunto de quemar el cuero cabelludo no es una parte necesaria para transmitir los preceptos del bodhisattva renunciante. La quemadura del cuero cabelludo y la transmisión en sí de los preceptos, son fundamentalmente dos asuntos diferentes. Si dices que se supone que los renunciantes en busca de los preceptos de Bodhisattva deben primero quemar su cuerpo y abandonarlo y, después, recibir los preceptos, el cuerpo ya se quemaría y se abandonaría, de modo que, ¿qué quedaría para recibir los preceptos? ¿Estamos hablando de los preceptos para los difuntos? Ahora, aunque la quemadura del cuero cabelludo no sea quemar el cuerpo ni abandonarlo, el fundamento de esta quemadura del cuero cabelludo proviene de los mismos orígenes.

Yo personalmente no me opongo a la práctica de quemar los conos de incienso, pero debería provenir de las aspiraciones individuales. Antes de transmitir los preceptos de Bodhisattva renunciante, o en la explicación de la Escritura de Brahma Net, el maestro de preceptos de la ceremonia de preceptos debería explicarles a aquellos que reciben los preceptos, las austeridades que deben ser practicadas, las cuales son necesarias. El punto principal de las austeridades es experimentar y presenciar los sufrimientos de esta existencia. Mientras haya saṃsāra, habrá sufrimiento. Por lo que respecta al sufrimiento, la quemadura en el cuerpo es lo más intolerable, pero aunque sea doloroso, el dolor de la muerte es aún más severo. La quemadura de conos de incienso es para exhortar a los practicantes a que no caigan en la tentación del placer y de ahí olviden su propósito original, olviden todo acerca del gran asunto de liberarse del saṃsāra e ignoren el sufrimiento de los seres sensibles. La quemadura de los conos de incienso es para revelar la propia determinación de separarse de este cuerpo de carne y sangre, y de abandonarlo cuando sea necesario. Algunas personas dicen que la quemadura de conos de incienso no es dolorosa en absoluto, y que si sientes dolor, entonces es un obstáculo kármico. ¡Esto es una mentira deliberada! Sería un poco excesivo, especialmente requerir que un principiante en la toma de preceptos no sienta dolor cuando se aplique la quemadura de conos de incienso, a no ser que ellos sean Bodhisattvas que hayan regresado nuevamente al mundo. En realidad, el sentido de quemar conos de incienso no es para hacer que alguien no sienta dolor, sino de lo contrario, para esperar que el practicante pueda tener una idea de dolor, lo cual les ayudará a mantenerse alerta y vigilantes acerca de su práctica de beneficiarse a sí mismos y a los demás.

Un Ofrecimiento a la Propia Naturaleza
Algunas personas malinterpretan el significado original de la quemadura del cuerpo como un ofrecimiento al Buda, pensando que a los Budas y los Bodhisattvas les agrada saber que quemamos nuestra carne como un ofrecimiento y por lo tanto hay gran mérito en el acto. Supongamos que esto realmente fuera así, entonces los Budas y Bodhisattvas no serían más inteligentes ni sabios que los espíritus que consumen sangre de sacrificio. En realidad, la quemadura de conos de incienso como un ofrecimiento a los Budas no es un ofrecimiento a un Buda externo, sino un ofrecimiento al Buda de nuestra propia naturaleza. Aspirando a quemar conos de incienso, seguimos adelante incesantemente, mientras día tras día nos vamos acercando gradualmente al logro de la budeidad. Esta es la razon por la que es un ofrecimiento al Buda de nuestra propia naturaleza y no a algún Buda externo. La razón por la que los Budas elogian al Bodhisattva Rey de la Medicina por la quemadura de su cuerpo como un ofrecimiento a los Budas, es porque están alabando la firmeza de su bodhicitta y la grandeza de sus austeridades. De ninguna manera es porque estén encantados de recibir un ofrecimiento de carne quemada.

Un Buda es un individuo finalmente perfeccionado, ¿qué le falta a un Buda? ¿Un Buda aún necesita que quememos nuestros cuerpos con incienso como ofrenda? Por consiguiente, es efectivamente un requisito que las instrucciones sobre las austeridades sean impartidas en la sala de preceptos, pero es en realidad innecesario estipular que deben quemarse primero con incienso antes de recibir los preceptos del Bodhisattva. Si tienen la mente de recibir los conos de incienso, entonces merecerían ser elogiados, pero si no lo apetacen, no se debe obligarlos.

El momento para quemar conos de incienso no es obligatoriamente fijo. En cualquier momento que desees, en cualquier momento puedes ir y quemar los conos de incienso. Es ciertamente excelente quemar la parte superior de la cabeza, pero es también bueno quemar otro lugar.

Yo quemé Nueve Conos
Por supuesto, la quemadura de cicatrices de incienso en la ceremonia de preceptos nunca ha sido llevada a cabo forzosamente. Además, en algunas ceremonias de preceptos, se establece que solo tres conos de incienso están permitidos quemarse. Pero hay personas que quieren que se quemen seis o nueve conos de incienso, y cuando el maestro de preceptos no permite esto, simplemente añaden más ellos mismos en privado. Es bajo dichas circunstancias que yo quemé nueve conos. Por otro lado, hay personas que no desean que se queme su cuero cabelludo, pero, al estar influenciadas por la mentalidad grupal y la conducta colectiva, se obligan a seguir a la asamblea.

Tengo un relato personal para compartir acerca de este hecho.Yo tenía un compañero receptor de preceptos quien inicialmente estaba opuesto a quemar cicatrices de incienso, pero después, debido a mis nueve cicatrices de conos de incienso que se quemaban en privado, su maestro le preguntó si quería que también le quemasen nueve. Al principio, parecía reacio, pero luego, al ver mi expresión facial que parecía que no me molestaba en absoluto, él dijo: “Bueno, también quemaré nueve conos.” Aquí le había influenciado, pero no estaba seguro de que si me acusaría más tarde.

No se puede comparar la quemadura de cicatrices de incienso con la quemadura del cuerpo, por lo que el dolor de ello es, después de todo, de grado limitado. Sin duda alguna, es posible practicarlo para los Bodhisattvas que no están en las nobles etapas, pero es fundamental que provenga de nuestras propias aspiraciones verdaderas; si no, no solo el maestro y el que es quemado no obtendrán ningún merito del acto, sino que también habrán cometido transgresiones.

No hay necesidad de insistir que “si no quemas tu cuerpo, brazo o dedo, entonces no eres un Bodhisattva renunciante,” y que la quemadura del cuero cabelludo con incienso no equivale en absoluto a “la quemadura del cuerpo, brazo o dedo.” Desde el despertar inicial de la mente como un ser ordinario hasta el logro de la Budeidad, en total hay involucradas cincuenta y dos etapas, de manera que los Bodhisattvas en las etapas ordinarias no deben ser requeridos a imitar en todos los aspectos a aquellos en las etapas nobles y valiosas . De lo contrario, ¿Podrian las eximibles transgresiones de las siete ramas en los Preceptos del Bodhisattva Yogācāra (Yuqie Pusajie Ben, en chino) y los eximibles diez actos dañinos en el Compendio del Mahāyāna (Mahāyāna Saṃgraha Śāstra, en sánscrito) ser permitidos? No está permitido para aquellos que no sean Bodhisattvas en las nobles etapas.

Además, un novicio que haya recibido los preceptos de Bodhisattva es también considerado como un Bodhisattva renunciante. Un novicio no podría recibir los preceptos de bodhisattva si estaba por quemar enteramente su cuerpo antes de recibir los preceptos. Si quemaran primero su brazo o dedo y luego recibieran los preceptos, todavía no serían como el Bodhisattva Rey de la Medicina, quien se recupera de los brazos y dedos quemados con su poder de grandes votos . En ese caso, se convertiría realmente en un obstáculo para recibir los preceptos de bhiksu si no tuvieran brazos o dedos.

Pensamientos de Reforma
No tengo ninguna objeción en contra de quemar conos de incienso, pero espero que, en el futuro, los centros del Dharma que transmiten los preceptos puedan considerar una reforma en relación a la práctica. Yo apoyo mucho la reforma, pero no puedo estar de acuerdo con la crítica extrema. Hay algunos que dicen que la motivación de quemar el cuero cabelludo se deriva de las estipulaciones establecidas por maestros de preceptos, y que sería perjudicable para el propósito, solo para fomentar hipocresía, vanidad e imagen. La crítica como esta es un poco exagerada. Podría ser incorrecto obligar a las personas a quemar su cuero cabelludo, pero también ¿podrías decir que la quema voluntaria de conos de incienso es también impermisible? ¿Debemos no reconocerlo como una expresión concreta de sentimientos religiosos?

Es correcto criticar los problemas en un determinado periódo de tiempo, pero es incorrecto si nos apartamos de la esencia de una religión. De lo contrario, ¿cómo seríamos diferentes de Hu Shi (1891-1962), regañando al Budismo por sus arhats, monjes y monjas por no saber conducirse bien en la sociedad?

Relatos Históricos
También hay algunos que se dedican a estudios de texto y piensan que la quema del cuero cabelludo de los monjes se originó de las crueles órdenes impartidas por el Emperador Shunzhi (1644–1662) durante la Dinastía Qing (1644–1912). No sé qué evidencia histórica es empleada como base para esto, pero puedo probar que la quemadura del cuero cabelludo de los monjes no comienza con las órdenes del Emperador Shunzhi en la Dinastía Qing.

Al final de la Dinastía Ming, en el año 1632, el Maestro Ouyi tenía treinta y cuatro años y entró en retiro de verano, donde fue cicatrizado con diez conos de incienso. Después, en el último día del retiro cuando se hacen las confesiones, quemó seis conos más de incienso sobre su cabeza antes de obtener los preceptos de Bodhisattva novicio. Esto era doce años antes del primer año en el reinado de Shunzhi (1644). Antes de los tiempos del Maestro Ouyi, la cicatrización del cuero cabelludo no carecía de precedentes, lo que muestra que la práctica austera de monjes que cicatrizaban sus cabezas no empezó con las órdenes de Shunzhi.

Es totalmente cierto que la primera persona en China en recibir los preceptos de Bodhisattva fué el Maestro de Vinaya Daojin (d.444) en los últimos años de la Dinastía Jin Oriental (317-420). Pasó tres años en la dura práctica sincera del Dharma para recibir la esencia de los preceptos de Bodhisattva como una respuesta espiritual, aunque no hay relato de su quemadura de cabeza. Posteriormente, aquellos que estaban en la busqueda de los preceptos del bodhisattva, podrían haber fomentado y elogiado el mérito de austeridades, pero no se exigía que tuvieran que quemar su cabeza. Este es el por qué hoy no debemos precipitadamente abolir la quemadura de conos de incienso, pero tampoco es necesario requerir que un recien ordenado deba verse sometido a la quemadura del cuero cabelludo.
Ahora que este artículo está escrito, me pregunto quién apreciará mis argumentos o, por el contrario, me acusará.
¿Dónde está mi maestro?
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen el 10 de diciembre de 1981 en una clase de entrenamiento para ayudantes.

Cuando el maestro chan Kao-feng Yuan-miao (1238-1295) se encontró con el maestro chan Hsueh-yen Tsu-ch'in (1216-1287), éste le preguntó a aquél: “Has estado practicando por tanto tiempo. En este momento, ¿puedes ser tu propio maestro durante el día?” (Es decir, ¿tienes un buen control de ti mismo? No piensas en las cosas que no quieres pensar y no haces lo que no deseas hacer.) Kao-feng Yuan-miao contestó inmediatamente diciendo: “Sí, puedo.” Esto ya es un logro muy bueno. Sólo alguien que ha practicado por un largo período de tiempo podría ser capaz de decir esto sobre él mismo.

Luego Hsueh-yen Tsu-ch'in le preguntó a él por segunda vez: “Por la noche en tus sueños, ¿puedes ser tu propio maestro?” Y Kao-feng contestó otra vez sin ninguna demora: “Sí, puedo.”

Hsueh-yen le hizo una tercera pregunta: “Cuando estás durmiendo sin tener ningún sueño, entonces, ¿dónde está el maestro?”

Ahora Kao-feng ya había estado trabajando con el Kung-an (Koan en japonés) de “Wu” (significa en chino “nada”) por mucho tiempo. Cuando fue preguntado sobre esta cuestión, quedó completamente desconcertado. Se repitió a sí mismo esta pregunta pero no podía dar una respuesta. Entonces Hsueh-yen le dijo a Kao-fen: “A partir de ahora, no estudies nada del Budadharma, no leas nada de sutras o sastras. Simplemente no te preocupes por nada. Simplemente práctica bien. Y, ¿cómo deberías practicar? Cuando tienes hambre, come. Cuando estás cansado, vete a dormir. Cuando has dormido lo suficiente, levántate y práctica bien.”

A partir de aquél momento, Kao-feng simplemente practicaba atendiendo a las palabras del maestro. Cuando tenía hambre, comió; cuando estaba cansado, se fue a dormir, y simplemente se esforzaba mucho por practicar. ¿Sobre qué practicaba? Se preguntó a sí mismo: ¿Dónde está mi maestro? Siguió empleando este método durante cinco años. Incluso durante sus sueños, continuaba preguntándose, ¿dónde está mi masetro?

Hay varias etapas implicadas aquí. La primera es la cuestión de que si podemos ser nuestro propio maestro durante el día. Lo que no queremos pensar, no lo pensaremos; lo que no deseamos hacer, no lo haremos. ¿Cuántos de vosotros podéis ser vuestro propio maestro en este sentido? ¿Por qué no puedes ser tu propio maestro? El hecho de que el maestro Kao-feng podía contestar positivamente a la primera pregunta indica que él ya está en un nivel más alto que una persona ordinaria.

Para ser capaz de ser su propio maestro en sueños uno requiere aún un nivel más profundo de práctica. Eso significa que puedes controlar tu propio comportamiento en tus sueños, y además, puedes controlar el tipo y contenido de los sueños. Mientras estás soñando, tu mente está muy clara. No tendrás sueños aleatorios o sueños sin sentido. Este tipo de persona realmente aún está practicando mientras está soñando. Siempre mantiene la atención correcta, o pensamientos virtuosos, es decir, en el sueño no hará o pensará nada que no se considere admisible en la vida cotidiana. El ser tu propio maestro en tus sueños signfica que continúas la misma práctica que estás haciendo durante el día. Si haces postraciones al Buda durante el día, entonces continuarás haciendo postraciones en el sueño. Si recitas el nombre del Buda, entonces incluso en los sueños todavía recitas el nombre del Buda. Si estás liberando a los seres sensibles, entonces también liberas a los seres sensibles en tus sueños. Si estás trabajando con un kung-an, entonces incluso en los sueños meditarás sobre el kung-an.

El no tener sueños en absoluto es encontrarse en un nivel más alto todavía. Sólo hay dos tipos de personas que no tienen sueños cuando duermen. Uno es el idiota, y el otro es el santo, o sabio. Esas personas tienen un sueño profundo sin ensueños. Simplemente están en un estado de descanso y relajación. Eso es muy difícil de alcanzar. Ya es muy bueno si puedes llegar al nivel donde ya no tienes más sueños confusos o malvados. Pero es muy difícil para una persona ordinaria alcanzar el nivel de no tener ningún sueño en absoluto. Este maestro chan Kao-feng ya había llegado a la etapa donde, por lo menos la mayoría del tiempo, era capaz de dormir sin soñar. Pero, ¿eso significa que se habían solucionado todos sus problemas? En realidad, el ser capaz de dormir sin tener sueños sólo indica que él tenía un buen poder de samadhi. Eso no quiere decir que se hayan resuelto todos sus problemas. Todavía no estaba iluminado.

Por consiguiente, la pregunta que le hizo Hsueh-yen a él fue muy adecuada, y se convirtió en un hua-tou para Kao-feng. Simplemente siguió preguntándose: “Cuando me voy a dormir y no tengo ningún sueño, ¿dónde está mi maestro? ¿dónde está mi maestro? ¿dónde está mi maestro?” Continuó preguntándose durante cinco años, porque que tenía una gran duda relacionada con esta pregunta. Pero deberíamos recordar que incluso antes de que él empezara a meditar sobre este hua-tou, ya había alcanzado el estado donde podía ser su propio maestro durante el día y durante la noche, y, en efecto, tenía muy pocos sueños. De este modo, su práctica implicaba un proceso muy largo.

Una noche se despertó del sueño y extendió su mano para buscar a tientas su almohada. En ese momento, la almohada cayó desde la plataforma para dormir con un ruido sordo. Al oír aquél sonido, Kao-feng gritó, “¡Aja! ¡Ahora te encontré!” La nube de duda fue disipada, había salido de la oscuridad y visto la luz. Este es un ejemplo del camino de un practicante.
¿Qué es la Toma de los Tres Refugios?
La Toma de Refugio es aceptar las Tres Joyas (Los Tres Tesoros) como tu único refugio. Las Tres Joyas son el Buda, el Dharma, y el Sangha. El Buda es quien fundó el Budismo y enseñaba el Dharma. El Dharma es las enseñanzas del Buda sobre cómo ver el mundo y practicar según sus doctrinas. El Sangha es la comunidad que se ha dedicado a la práctica y transmisión del Dharma.

De estos tres, el Dharma es central. Esto es el Dharma que seguimos, practicamos y aplicamos en la vida. Sin embargo, esto es el Dharma que enseñaba el Buda, es el Dharma que enseña, expone y transmite el Sangha. De este modo, todos los budista deben tomar refugio en las Tres Joyas.
¿Qué es un ser sensible?
En el Budismo, “los seres sensibles” se refieren a todas las formas de vida que tienen sensaciones. Por consiguiente, las formas de vida tales como los seres humanos y los animales se consideran como seres sensibles y otras formas de vida tales como hierba o árbol son seres no sensibles. No obstante, algunas personas se quedan perplejos debido a que todas estas formas de vida son seres vivos.

Tal vez creen que los seres humanos pudieran renacer como las plantas o el precepto de la abstención de matar se aplica tanto a los animales como a las plantas. Algunas tradiciones que creen en la reencarnación opinan que los géneros humanos pudieran renacer como los seres no sensibles, por ejemplo, un género humano pudiera renacer como un árbol. Sin embargo, según la filosofía Budista, la transmigración no existe entre los seres no sensibles. Es decir, los seres sensibles no renacen como los seres no sensibles, y es imposible que los seres no sensibles se conviertan en sensibles.

El renacimiento sólo ocurre en los Seis Reinos de dios, asuras, seres humanos, animales, espíritus hambrientos y seres infernales. Los seres sensibles son atados por el círculo de nacimiento y de muerte sucesivas debido a su apego al ego.
¿Es causa y efecto similar al karma?
La palabra “karma” significa fuerza o acción. El karma está definitivamente relacionada con causas y efecto porque acciones tienen una fuerza que lleva a efecto. Todas las cosas ocurren y pasan debido a la confluencia de causas y condiciones. La fuerza de este proceso es el llamado karma.
¿Qué significa hacerse budista?
El Budismo es lo que enseñaba el Shakyamuni Buda a sus discípulos. El Budismo incluye tanto los conceptos filosóficos como los métodos de práctica. Por consiguiente, el budista es quien práctica de acuerdo con las enseñanzas del Buda, la esencia de lo que son las Cuatro Verdades Nobles y el Noble Camino Óctuplo. La gente quien sigue sinceramente estos principios y tiene éxito en completar el Camino va a perfeccionar su carácter y obtener la liberación.

En general, la práctica incluye tres esfuerzos principales: la toma de preceptos, dedicación a la concentración meditativa y la comprensión de sabiduría. El budista debe esforzarse por dominar todos estos tres aspectos. Si te adhiere a los preceptos, dedicándote a la práctica espiritual y adquiriendo sabiduría, conduces tu vida según las enseñanzas e ideas del Buda, así podrías llamarte a ti mismo budista. A pesar de que no estés inmerso completamente en el Budismo, sin embargo, tienes ganas de seguir el Buddha Dharma, podrías considerar a ti mismo como budista.

Al principio, es muy difícil aceptar completa y instantemente con entusiasmo cada faceta del Budismo. Es un proceso gradual. Pero si intentas caminar por el Sendero del Buda y tus intenciones y deseos son puros, de este modo, podrías llamarte a ti mismo budista. Por otro lado, si no entiendes hasta las enseñanzas básicas del Shakyamuni Buda, tampoco practicas los métodos o sigues los preceptos, no podrías considerar a ti mismo como budista.
El Budismo habla de la existencia de los Seis Formas o Reinos. ¿ Las formas no humanas son los seres sensibles?
Te refieres a las Seis Reinos que los seres sensibles podrían tomar según su karma. Estos son los animales, espíritus hambientos, seres infernales, seres humanos, asuras y los seres celestiales. Aunque algunas personas sólo creen en y se enteran de las cosas que pueden observar, el Budismo cree en la existencia de las Seis Formas fuera de nuestra experiencia normal. No es necesario creer en la existencia de estas otras formas para aceptar el criterio budista de los seres sensibles y no sensibles.

Las deidades y espíritus también son los seres sensibles pero sus cuerpos son sútiles. Ellos no tienen sistemas nerviosos por sí mismos pero todavía reciben retribución kármica de sus acciones anteriores. Sienten la retribución en la mente, no en el cuerpo. La mayoría de ellos no pueden practicar pero algunos de ellos pueden recibir méritos mediante la protección del Buddha Dharma o la ayuda a otros seres sensibles.
¿Es el Budismo una ciencia?
Recientemente, varios estudiosos del Budismo han levantado una polémica en que se debe considerar el Budismo como una ciencia, una filosofía o una religión. Algunos piensan que el Budismo es una combinación de ciencia, filosofía y religión. Otros opinan que el Budismo no es una ciencia ni una filosofía ni una religión. Entonces, ¿qué es el Budismo exactamente?

No debemos confundirnos con ninguno de estos tres aspectos. El Budismo sí que posee el espíritu científico. Sin embargo, el propósito principal del Budismo es desarrollar la sabiduría y ayudar a la gente a liberarse del sufrimiento del nacimiento y la muerte en vez de investigar cualquier fenómeno natural. Por consiguiente, mientras el Budismo posee el espíritu científico e incorpora los métodos científicos, no tiene como fin estudiar la ciencia. Desde este punto de vista, el Budismo no rechaza la ciencia pero no es una ciencia por sí mismo.
¿Es el Budismo una filosofía?
En los escritos Budistas más antiguos, los Agamas (Nikayas, en Pali), el Buda enseñaba primariamente los métodos y determinaciones de práctica en lugar de establecer un sistema rígido de pensamiento. Por ejemplo, el Buda simplemente se negó a contestar cuando le preguntaron ¿ el mundo es permanente o impermanente?; ¿es limitado o ilimitado?;¿en el mundo existe el sino o hado?, ¿ el sino determina o domina los fenómenos físicos? Metafísicos no pueden resolver el sufrimiento de la vida y la muerte. Si a uno le lanzaron una flecha venenosa, era más razonable remover la flecha que encontrar quién la lanzó o de qué constaba la flecha venenosa.

Sin la práctica actual, cualquier filosofía no es más que una teoría vacía. Mientras que hay un completo sistema filosófico en los sutras Mahayana, no busca meramente el entendimiento teórico del universo sino enseña los métodos de cultivación a fin de deshacerse de vejación. Por consiguiente, a pesar de que haya completos sistemas filosóficos en el Budismo, el establecimiento de tales sistemas no es su propósito.
¿Es el Budismo una religión?
Desde el punto de vista del estudio de religión, la mayoría de las religiones tienen tres características. En primer lugar, todas tienen un ser supremo, quien es la Primera Causa que creó la vida y el universo. En segundo lugar, este Dios es el objeto de fe y es considerado como soberano y omnipotente, con dominio sobre todas las criaturas del universo, en especial, sobre los seres humanos. Por último, los seguidores tienen que conducir los rituales religiosos del culto u oración.

El Budismo, sin embargo, no tiene completamente estos tres rasgos. Primero, el Budismo no reconoce la existencia de la Primera Causa. Segundo, el Budismo no cree que un dios omnipotente pueda controlar todo o que el dios pueda resolver nuestros problemas o nos alivie el resultado de nuestra mala conducta. Tercero, el espíritu fundamental del Budismo no está atado a cualquiera ceremonia. Al principio, el Budista no tenía nada de ceremonias y rechazaba los rituales de Brahamanismo.

En el Sutra de Reverencia cerca de las Seis Direcciones, hay un cuento sobre un jóven quien rendía culto a las seis direcciones todas las mañanas después de lavarse y vestirse. El Buda le preguntó al jóven por qué lo hizo todas las mañanas. El contestó: “Sólo sigo la instrucción de mi padre difunto. No sé por qué.” El Buda dijo: “También rendimos culto a las seis direcciones. Sin embargo, rendimos al este para sostener a nuestros padres; al sur para servir a nuestros profesosres; al oeste para respetar a nuestros cónyuges; al norte para cuidar de nuestros parientes y amigos; rendimos culto hacia abajo para tratar bien a nuestros subordinados y rendimos culto hacia arriba para servir al Sangha.” El sutra nos enseña que la veneración significa ser responsible con los que son tan íntimos para nosotros. Quiere decir que no sujetamos a orgullo, dios abstracto u otros ídolos.

Por consiguiente, al principio, el Budismo no daba mucha importancia a ceremonias. Pero desarrollaba gradualmente cceremonias para varias ocaciones tales como la toma de preceptos, liturgias de la mañana y la tarde y la toma de comidas. Además, también se desarrollaban objetos de fe. Desde entonces, empecemos a hacer ofrendas a los Budas, bodhisattvas y las deidades que protegen el Dharma, entre ellos, en la sala del Buda.

Por lo tanto, la gente pregunta ¿ es el Budismo teístico o ateístico? ¿Es el Budismo monoteísta o politeísta? Si vamos a un tradicional monasterio chino, en medio de la sala del Buda hay tres gran estatuas de Buda: Maitreya, Mahakasyapa y Ananda, las dos están de pie al lado de Maitreya. Hay muchos otros imágenes también, incluyendo las deidades vajra y los 18 arhats. Por consiguiente, a algunos occidentales les parece que el Budismo es un tipo de politeísmo. De hecho, el Budismo no es politeísta ni monoteísta. A pesar de que tanto los dioses naturales como los dioses celestiales son mencionados en algunos sutras, es para atraer a los seguidores de Brahmanismo y de otras religiones. Así, el Budmismo no podía ayudar a adoptar creencia de otras religiones en dioses. Pero, en los sutras Mahayanas, los dioses no tienen la autoridad suprema ni el poder supremo. Simplemente no son más que los seres sensibles con mayor bendición kármica que la de los seres humanos comunes.

Cualquier ser humano que practica mucho y acumula méritos logrará conducta como dios santo en esta vida y se convertirá en un dios después de morir. Cuando las bendiciones de un dios están exhaustas, también renacerá en los reinos inferiores como otros seres sensibles. A pesar de que varios dioses son mencionados en los sutras Mahayanas, son simplemente otro tipo de ser sensible y no son seres omnipoderosos de otras creencias.
¿Qué diferencia hay entre el Budismo Mahayana e Hinayana?
En ambas palabras, “Mahayana” e “Hinayana” podemos encontrar la palabra común “yana” que ha sido interpretada, por lo general, como “vehículo” o un medio de transportación. “Maha” quiere decir grande e “Hina” significa pequeño. Por consiguiente, la palabra Mahayana es traslada como “Gran Vehículo” en español mientras Hinayana como“Pequeño Vehículo”. En China, los dos términos también han sido interpretados de una manera más activa. “Yana” puede referirse a llevar a alguien en coche o en barco. Así “Mahayana” denota que uno transporta a muchos seres sensibles a la otra orilla de nirvana. “Hinayana” denota que uno se transporta a sí mismo a la otra orilla de nirvana.

La diferencia básica entre el Budismo Mahayana e Hinayana consiste en los motivos de los practicantes. Un budista Mahayana es testigo de los sufrimientos de todos los seres sensibles (incluyendo uno mismo) y es muy deseoso de ayudar a ellos. Por lo tanto, basa todas sus acciones en el beneficio de todos los seres sensibles y procura ayudar a los demás a liberarse de sus aflicciones y angustias. No se preocupa completamente por su propia liberación. Tesoro de la Tierra (Bodhisattva Ksitigarbha) dijo: No me convertiré en Buda hasta que en el infierno no haya ningún ser sensible. Todo esto refleja el espíritu altruísta del Budismo Mahayana. El fundamento del Budismo Mahayana es las seis perfecciones: dar, guardar los preceptos, paciencia, diligencia, concentración meditativa y sabiduría.

Un budista Hinayana ve la imperfección de este mundo mundano y sus propios sufrimientos en él pero no ve los sufrimientos de los demás seres sensibles por falta de una mente amplia. Por eso, sólo busca su propia liberación. Para un practicante Hinayana, ya es suficiente seguir “los tres aprendizajes”: guardar los preceptos, concentración meditativa y sabiduría. El se interesa por la contemplación del cuerpo y la mente, tiene como fin lograr nirvana a través de realizar estas prácticas.

Los objetos de su contemplación constan de los Cuatro Fundamentos de la Atención, los Cinco Agregados, los Seis Sentidos y los Dieciocho Reinos. En el decurso de su contemplación, se entera de la verdad de impermanencia y no-ego, y así logra la liberación. Para salvar a todos los seres sensibles de sufrimientos, un budista Mahayana hace un voto de hacer todo lo posible para ayudar a los demás. Hace voto de ser una persona de gran compasión y sabiduría. Está determinado de seguir el Sendero de Bodhisattva en su vida y en todas sus vidas futuras en lugar de estar ansioso de liberarse de sus propios sufrimientos. En el decurso de vidas innumerables de ayudar a otros seres sensibles, el practicante del Sendero de Bodhisattva logrará finalmente su Buddhadhood. Un budista Hinayana, por otro lado, sólo busca convertirse en arhat para escaparse del sufrimiento de Samsara y obtener liberación.



¿El Budismo acepta la existencia de Dios?
El Budismo mantiene que hay dioses de diferentes niveles y que son un tipo de seres sensibles sujetados al karma y samsara. No hay “un Dios” que creara el mundo. En el Budismo, todas las cosas en el universo son creados de manera dependiente y sujetados a la ley de caudalidad. Por lo tanto, no hay necesidad para un dios. Sin embargo, hay innumerables Budas en el universo. Existen en cualquier lugar y en cualquier momento en el pasado, en el presente y en el futuro.

El Budismo cree que todos los seres sensibles tenemos la misma naturaleza de Buda y tenemos igual oportunidad de convertirnos en Buda si nosotros despertamos la mente-bodhi y practicamos diligentemente.
¿Cuáles son las creencias y prácticas ortodoxas budistas?
Maestro Sheng Yen:

En el budismo en sí mismo, no hay distinción entre la ortodoxia y la superstición, porque las enseñanzas fundamentales son las mismas en todas partes. El budismo nace del mar de sabiduría y compasión que fue engendrado por Shakyamuni, el Buda iluminado. Sus enseñanzas están llenas de sabiduría, bondad, luminosidad, consuelo, frescura y tranquilidad. Como religión, el budismo está vivo en las comunidades que se han creado sobre la base de las enseñanzas del Buda.

El término “budismo ortodoxo” implica una fe correcta, unos votos adecuados, la recta comprensión, una conducta honrada y auténtica confianza. Este tipo de fe auténtica debería reposar en las enseñanzas que son 1) intemporales, 2) universales y 3) necesarias. En otras palabras, las enseñanzas deberían haber sido siempre verdaderas en el pasado, ser verdaderas en todas partes en el presente y ser infaliblemente verdaderas en el futuro.

Lo que sigue es un extracto de la obra Budismo Ortodoxo Chino del maestro Chan Sheng Yen, publicada este año por Dharma Drum Publications y North Atlantic Books, traducida del chino al inglés por el Dr. Otto Chang y por Douglas Gildow, quien se ocupó también de la edición. Esta obra fue redactada originalmente por el maestro Sheng Yen mientras estaba en retiro solitario en Taiwán a principios de la década de los sesenta y fue publicada primero como Zhenxin de fojian en Taiwán en 1965. El libro estaba dirigido principalmente a lo que entonces era un público relativamente pequeño de intelectuales taiwaneses, con la intención de clarificar lo que el maestro Sheng Yen describe como “la apariencia vaga y confusa del Budismo que prevalecía en la sociedad taiwanesa en ese momento y que había predominado durante mucho tiempo entre la población china general”. Sin embargo, en los diez años que siguieron adquirió una enorme popularidad; ahora hay más de tres millones de ejemplares en papel. La nueva traducción inglesa refleja algunas revisiones que el maestro hizo en consideración de los nuevos lectores del libro; no obstante, como él nos dice: “Los fundamentos del Dharma del Buda no cambiarán nunca.”

La fe o la confianza en un principio o una cosa que no llega a satisfacer estos tres criterios no es la fe correcta y, por lo tanto, es superstición. Si las doctrinas de una religión no pueden superar la prueba del tiempo, son incompatibles con el entorno, o no pueden evolucionar para adaptarse al cambio, la religión es supersticiosa.

No se puede negar que en las regiones donde se practica el Budismo Mahayana (el Gran Vehículo), especialmente en China, el budismo auténtico ha sido en gran parte el privilegio de casos aislados eminentes de monjes y de un número relativamente pequeño de eruditos de las clases altas. Rara vez el budismo ha sido entendido correctamente y practicado por la población en general, cuya práctica religiosa es en realidad un popurrí de confucianismo, taoísmo y budismo. Por ejemplo, las prácticas tales como la adoración de dioses y espíritus y las creencias de que las personas se convierten automáticamente en espíritus después de la muerte no son enseñanzas budistas.
¿Es el Buda el creador?
No, el budismo ortodoxo no tiene la idea de un creador del mundo. El Buda es un iluminado entre los humanos y, aunque tiene la capacidad de conocer todas las verdades del mundo, no puede cambiar lo que ya ha sucedido. Y, aunque el Buda puede ayudar a todos los seres sintientes a alcanzar la liberación, solo lo consiguen aquellos que se esfuerzan por ello. Él es el mejor médico para diagnosticar el sufrimiento de los seres sintientes: todo el que que tome lo que prescribe se liberará. Pero no puede ayudar a aquellos que no están dispuestos a tomar su medicina. Él es el mejor guía: todo aquel que siga sus directrices será liberado del mar de sufrimiento del mundo. Pero no puede ayudar a aquellos que no aceptan sus consejos. El Buda nunca se vio a sí mismo como un creador y nunca quiso que los que creían en él se limitasen a adorarlo en rituales. Todo aquel que viva sus enseñanzas lo ha visto realmente y le está rindiendo el máximo respeto. En otro caso, uno no ha visto realmente al Buda, incluso aunque lo hubiesen saludado personalmente en la antigua India. De este modo, podemos ver que el Buda no es el creador ni un dios omnipotente y soberano.

Más bien, el Buda es solo un instructor que enseña a la gente métodos para liberarse del sufrimiento y alcanzar la felicidad. El propio Buda ya lo ha hecho, pero no puede hacerlo por nosotros. Es un gran enseñante, el maestro de dioses y humanos, no es un mago ni un ilusionista. No afirmó que podía “expiar los pecados de la gente” e insistió que somos responsables de nuestra propia conducta y las consecuencias que trae consigo, como reza precisamente el antiguo proverbio chino: “Si siembras calabazas, cosecharás calabazas; si siembras habas, cosecharás habas.”
¿De dónde provienen el universo y la vida?
Aunque los budistas no creen en la existencia de un dios creador, la existencia del universo no puede ponerse en duda, ni se puede negar la existencia de la vida. Según el budismo, los elementos más básicos que componen el universo están vacíos de naturaleza propia y los elementos que componen la vida también están desprovistos de naturaleza propia. Esta falta de una naturaleza propia distinta, que se llama “vacuidad”, es la única verdad invariable del universo. Esa verdad invariable supone que la vacuidad no tiene comienzo ni fin: la vacuidad es el estado real en el que el universo y la vida siempre han existido.

Los budistas creen que todos los fenómenos, incluidos los cambios del universo y el ciclo del nacimiento y de la muerte, son consecuencia del karma (acciones intencionales) de los seres sintientes. La energía kármica se refiere a la fuerza causal producida por la conducta de los seres sintientes, sea buena o mala, que continuamente impregna o “tiñe” el campo de la conciencia (shitian), que es el elemento primario de la vida. La energía kármica espera en el campo de la conciencia para que las condiciones externas adecuadas la inciten a germinar y crecer. Este proceso es parecido a sembrar semillas en la tierra: las semillas esperan el incentivo del sol, del aire y del agua para germinar y crecer. En el budismo, a este proceso se le llama “activación de la energía kármica”. La realización de acciones kármicas es lo que causa la activación de la energía kármica, mientras esta es a su vez fruto del karma. Este principio se describe en el adagio: “Hacer algo bueno o malo siempre tiene consecuencias”.

El karma puede realizarse individualmente o ejecutarse colectivamente por un grupo de personas. Algún karma, aunque realizado individualmente, puede coincidir con el karma de otras personas. Y algún otro, aunque realizado colectivamente, puede variar en grado entre los miembros del grupo. Así pues, el karma puede entenderse en dos categorías generales: karma colectivo o compartido y karma individual o no compartido.

El karma colectivo hace que los seres reciban la misma recompensa kármica. Por ejemplo, la tierra nace de las energías kármicas de incontables seres pasados, presentes y futuros de nuestro mundo. A lo largo del universo existen infinitos mundos, cada uno de los cuales está formado de acuerdo con el distinto karma colectivo de diferentes grupos de seres. Así que, si resulta que de verdad hay seres humanos en Marte, los marcianos no adoptarían necesariamente la misma forma física que los seres humanos que viven en la Tierra. Incluso las estrellas y los planetas en los que no hay vida son consecuencia kármica de los seres sintientes, ya que estos cuerpos celestiales son el decorado de fondo de la escena en la que viven los seres sintientes. En resumen, todas y cada una de las cosas del universo existen por alguna razón. Por ejemplo, es imposible que haya vida en el sol. Pero sin él, no podría continuar la vida en la Tierra. Aunque hay muchas cosas cuya razón de existir no puede probarse científicamente, los budistas creen que son el fruto de la energía kármica de los seres sintientes, que es la razón por la que existen.

En cuanto a la aparición de la vida en la Tierra por primera vez, los budistas creen que todos los seres vivos, desde los organismos monocelulares hasta los seres humanos, emergieron por primera vez en este planeta por nacimiento espontáneo.

Después de que la Tierra se formara, lo seres del sexto cielo en el reino de la forma, el Cielo de Luz y Sonido, volaron a la Tierra y se convirtieron en los primeros seres humanos. Pero en la Tierra adquirieron malas costumbres, anhelando ciertos alimentos naturales y sintiendo apego por ellos. Este tipo de alimentos los hicieron tan pesados que ya no podían volar, de manera que se asentaron aquí. En realidad, esto era solo la consecuencia de su karma: una vez hubieron agotado las recompensas kármicas de su estancia en los cielos, tuvieron que descender a la Tierra para recibir el castigo por sus acciones anteriores. Del mismo modo, debido a que la Tierra fue generada por el karma colectivo de los seres sintientes, es inevitable que estos seres experimenten el resultado kármico de la vida en la Tierra. Cuando se disipen las energías kármicas que nos llevaron a vivir en la Tierra, otro karma nuevo podría hacer que vivamos en otros mundos.

El karma no compartido hace que los seres sintientes de la misma Tierra tomen formas con estatus distintos, desde los insectos hasta los seres humanos. Entre los seres humanos, algunos nacen pobres, otros ricos; algunos son inteligentes, otros tontos: difieren entre sí de incontables maneras.

De hecho, desde una perspectiva amplia, el karma compartido puede ser en sí mismo un tipo de karma no compartido. Por ejemplo, los seres sintientes de otros mundos no comparten el karma compartido por todos los seres sintientes de la Tierra. Del mismo modo, el karma no compartido puede ser en sí mismo ser un karma compartido. Por ejemplo, nacer como un africano con la piel negra o un asiático con la piel amarilla es el resultado de un karma diferente; sin embargo, ambos comparten el karma de ser seres humanos en la Tierra. Aplicando el mismo razonamiento por analogía, podemos ver que las personas dentro de un país difieren entre sí de incontables maneras y que incluso los hermanos tienen personalidades diferentes, consiguen distintos logros y sienten de forma diferente las experiencias de la vida.

En esta entrada se describe cómo ve el budismo la existencia y el origen de nuestro universo y de nuestra vida.
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