Budismo y la salud mental

Conferencia impartida por el Maestro Sheng Yen el 25 de octubre de 1990 en el Hospital General de San Francisco.
 
Ahora hablaré de cómo podemos equilibrar la mente y del tratamiento de la enfermedad mental.

La gente frecuentemente se enfrenta a sus problemas mentales a través de dos métodos ineficaces. El primero es negarlo: “Yo no estoy enfermo. No tengo problemas. No tengo nada malo.” El segundo es el autotratamiento: una continúa revisión en su mente de una lista de faltas y lo que uno cree que serán sus remedios. Esto crea falsas suposiciones. Ambos métodos sólo hacen empeorar las cosas e incrementarlas.

Los psiquiatras y psicólogos usan el método hablado para analizar y ayudar a explicar a los pacientes sus problemas. A pesar de que es verdad que el objetivo de este método es hacer que los pacientes realicen su propia comprensión del problema, desde el punto de vista del Buddhadharma esto es incompleto y temporal. Eso se debe a que el médico sólo puede descubrir parcialmente tu problema y tú mismo sólo puedes conocer una parte pero no el cuadro completo de tu enfermedad. Y a menudo sucede que los problemas vuelven a ocurrir después de la consulta, y a veces un paciente continúa la terapia por diez o veinte años sin una verdadera solución. Eso sería suficiente para hacer enfermar al médico.

El método budista de curación se divide en dos grandes categorías: El cambio de conceptos y los métodos de práctica.

 
A. El cambio de conceptos

1. El concepto de causa y efecto
A pesar de que este concepto es una creencia religiosa, es también una realidad. Es una realidad porque a lo largo de nuestras vidas, no importa lo que hagamos, habrá una respuesta o un efecto a nuestras acciones. A través de la fe, creemos que había una vida antes de esta vida y otra anterior a esta, y así sucesivamente por el transcurso de las innumerables vidas pasadas. Mucho de lo que experimentamos ahora quizás nos parezca injusto, pero es simplemente una consecuencia de las acciones que hemos efectuado en el pasado. En la medida en que creamos en este concepto, estaremos dispuestos a aceptar todo lo que nos suceda, sea bueno o malo.

2. El concepto de causas y condiciones
Todos los fenómenos surgen y desaparecen debido a la acumulación e interacción de diferentes factores. La causa de una flor es la semilla, pero la tierra, el agua, y el sol deben estar presentes para que la planta pueda existir. El tiempo o el desarraigo o la falta de agua o sol causarán el marchitamiento y la muerte de la planta.
Cuando tenemos éxito en algo, no hay necesidad de estar particularmente excitados o arrogantes. No importa cuánto hemos conseguido, todo eso se debe a la ayuda directa o indirecta de los demás. Y dado que sabemos que lo que ahora existe un día se habrá ido, no hay necesidad de desesperarse cuando nos encontremos con condiciones adversas o desfavorables. Como dice el refrán: “El cielo siempre está oscuro antes del alba.”
La mente calmada nos ayudará a pasar por la infelicidad o la euforia. Esto es un signo de salud psicológica.

3. La compasión
Las personas normalmente esperan que los demás muestren compasión hacia ellos, pero apenas se les ocurre la idea de ser compasivos con los demás. Hay quienes cuando cometen un error exigen ser perdonados: “No me veas según los estandartes de un santo”, dicen. Pero si ellos ven el error en los demás dirán: “Eres un incompetente.” ¿Por qué no puedes hacer lo correcto en el primer intento?

La compasión requiere de cuatro criterios:

La comprensión de tus propios conflictos y el desarrollo de la armonía interna.
La simpatía por los defectos de los demás.
Perdonar los errores cometidos por los demás.
Preocupación por el sufrimiento de los demás.

El primer criterio es especialmente importante. Para estar en paz contigo mismo, debes tener una mente calma y pacífica.
Para hacer esto, ten siempre en mente los conceptos de causa y efecto y causas y condiciones. Eso te traerá una mente calma y pacífica. Entonces serás capaz de ser compasivo, comprensivo, indulgente, y bondadoso hacia los demás.

 
B. Métodos de práctica

1. Consciencia plena del Buda. Eso consiste en recitar el nombre del Buda.
Hay dos razones para esta práctica. Primera, para poder renacer en la Tierra Pura, la recitación del nombre del Buda te dará un sentido de esperanza hacia el futuro y por consiguiente será más fácil para ti dejar ir o vivir el presente. Segundo, la recitación del nombre del Buda puede ayudarte a aliviar tus problemas mentales. Cuando no estás psicológicamente equilibrado, puedes eliminar el enfado, la duda, y los demás disturbios mentales por medio de concentrarte en recitar el nombre del Buda. Con frecuencia le digo a la gente: “Cuando estás muy enfadado y quieres gritarle a alguien, recita el nombre del Buda Amitabha”. Le estarás enviando tu enojo a Amitabha. Entonces será un problema de él.

2. Meditación
La meditación sentada puede concentrar la mente dispersa y estabilizar la mente inquieta. Hay muchos métodos de meditación como niveles de realización que no tenemos tiempo de entrar en detalles. No obstante, puedo darte una idea de alguna de las etapas más profundas que puedes experimentar:

Cuando lleguéis al estado en que no hay pensamientos errantes en tu mente, eso se llama Samadhi. En este estado nada ni nadie puede molestarte. Desde el punto de vista del Samadhi, puedes desarrollar la sabiduría de no-ego. Eso es la Iluminación en el budismo Chan o Zen. El alcanzar la Iluminación es verse libre de disturbio mental y enfermedad.

En el momento cuando estás siempre en ese estado sin retroceder, se llama la Gran Iluminación. La versión corta se llama Pequeña Iluminación. Tus antiguos problemas pueden aparecer después de que hayas alcanzado este estado, pero sabrás cómo tratarlos. Aún la Pequeña Iluminación es un paso importante. Pero recuerda que incluso cuando empiezas a meditar, es un paso muy importante también.
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