R: Hablar de la ley de causa y efecto o de los obstáculos kármicos a menudo hace que las personas se sientan bastante negativas. Los monjes de la Montaña Tambor del Dharma visitan los hospitales y, cuando interactúan con los pacientes y sus familias, a menudo preguntan a los padres: "La vida es sufrimiento, ¿estás de acuerdo?" Algunas personas inmediatamente asienten con la cabeza porque ya lo han sentido a través de su hijo, especialmente las madres que han experimentado una situación de vida o muerte al dar a luz a su hijo, obteniendo así una comprensión más profunda sobre la muerte y el sufrimiento.

¿Por qué la vida es sufrimiento? Porque a lo largo de nuestras vidas estamos buscando constantemente cosas: el amor, la riqueza, el estatus, la fama e incluso el deseo de estar sanos y libres de enfermedades. El proceso de perseguir lo que queremos es sufrimiento, mientras que no obtener lo que buscamos también es sufrimiento.

Cuando un niño se enferma, los padres se sienten tristes y angustiados. Por ejemplo, después de esperar con ansias la llegada de una nueva vida durante un embarazo de diez meses, de repente se enfrentan al diagnóstico de un tumor o una enfermedad grave que pronto puede provocar la partida del niño de este mundo. Los padres están impactados e incapaces de aceptarlo. Pueden preguntarse por qué su hijo nace en esta condición, ya que no han hecho nada incorrecto o malo. Estas reacciones son normales y no deben suprimirse. Sin embargo, debemos entender que hay dos propósitos en la vida: recibir la retribución kármica y cumplir los votos.

Aunque los niños que vienen a este mundo para recibir sus retribuciones kármicas pueden sufrir, su sufrimiento es de corta duración. En el budismo, el final de la vida no se conoce como muerte, sino como “renacimiento” porque es el comienzo de otra vida, marcando un futuro lleno de brillo y esperanza infinitos. Cuando esta vida actual llegue a su fin, dependiendo del poder de nuestros votos, regresaremos rápidamente a este mundo para continuar con las tareas inacabadas de nuestras vidas anteriores. El mismo Buda pasó por ese proceso. El Sutra de las Manifestaciones Reencarnadas del Buda registra las vidas anteriores del Buda cuando reencarnó como un elefante, un rey de los venados, un mono, un rey, un brahmán, etc. Después de innumerables renacimientos y prácticas, finalmente alcanzó la iluminación suprema y se convirtió en Buda.

Los padres no pueden soportar ver a su hijo sufriendo de una enfermedad. Pero, en lugar de permanecer en la tristeza y la desgana, es mejor ofrecer bendiciones al niño recitando las escrituras budistas y dedicándoles el mérito. Independientemente de cómo se desarrolle la enfermedad, al menos las bendiciones de los padres y los seres queridos pueden ayudar a mejorar su condición.

 
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