El punto de vista del Chan sobre la vida

El punto de vista Chan

Hay un cuarto punto de vista que es aún más elevado que estas otras perspectivas, y es el fundamento del punto de vista Chan de la vida. Es el punto de vista de que el objetivo de la vida es la iluminación, la disolución del ego. Debemos pasar por las tres etapas para llegar a la iluminación. Primero, tenemos que afirmarnos a nosotros mismos; segundo, madurar y tercero, disolvernos. A eso se le llama el punto de vista realista de la vida humana debido a que se funda en la realidad última.

Afirmarse a uno mismo es afirmar el propósito, la meta, el significado y el valor de la vida y querer mirarse a uno mismo honrada y claramente. La gente pregunta, “Por qué nacimos en este mundo y llevamos esta vida” Estamos aquí para recibir nuestra retribución kármica, y también para cumplir nuestras aspiraciones o votos.

Debemos comprender que en una vida, nuestras acciones (que producen retribución kármica), y los resultados de aquellas (retribución), son relativamente limitadas comparando con la miríada de vidas que hemos experimentado anteriormente. Lo que hacemos a menudo no se corresponde con lo que recibimos. Parece que algunas personas no han hecho muchas cosas buenas, pero nacen con riqueza y tienen éxito fácilmente. Otras personas trabajan mucho durante toda su vida, pero casi no pueden ganarse la vida. No alcanzan nada, tienen dificultad en llevarse bien con los demás, y parece que su vida está llena de molestias y sufrimiento.

¿Por qué hay tantas disparidades? Para contestar a esta pregunta, debemos comprender la retribución kármica. Esta vida fue precedida por innumerables vidas previas, durante las que nosotros actuábamos de muchas maneras diferentes. Las consecuencias de estas acciones llegan a esta vida y a las vidas futuras hasta que hayamos recibido toda la retribución kármica por lo que hemos hecho. Otra razón por la que nacimos es para pagar la deuda kármica de las vidas previas.

Esto contesta a la pregunta que hice al científico, “¿Por qué nacimos en este mundo?” Yo mismo nací con muchos problemas físicos y estaba enfermo frecuentemente. Me pregunté a mí mismo, “¿Por qué tenía una salud tan delicada?” ¿Mi madre era injusta, trayendo al mundo una hermana y un hermano sanos, y yo tan enfermizo? Ahora comprendo que eso no tenía nada que ver con mi madre. A ella no le quedaba otro remedio. Nuestro cuerpo al nacer es el resultado de nuestras vidas previas. Pero muchos de nosotros pensamos que dónde y cuándo nacemos y todo lo demás en nuestra vida es injusto.

Hace unos años volví a la China continental y me encontré con mi hermano mayor. Él dijo, “Tienes el mayor mérito y el mejor karma entre nuestros hermanos.” En la niñez yo envidiaba su salud; ahora él envidia lo que ve como mi logro en la vida. Yo le dije, “Hermano, ¿cuántas horas duermes en la noche?” Él contestó, “De unas 6 á 8 horas.” y yo le dije, “No tengo su buena suerte o su buen karma. Sólo tengo unas 4 ó 5 horas para dormir en la noche.” Entonces, le pregunté a mi hermano, ¿Qué tipo de comida comes? y él dijo, “Verduras, tofu, zanahorias. etc., y a veces carne y pescado.” Yo dije, “No tengo tanta suerte. Sólo como tofu y verduras, nunca carne y mariscos.”

Entonces pregunté, “Hermano, ¿Con cuántas personas tienes que entrevistarte todos los días?” Él dijo, “No demasiadas. Mi familia es pequeña, y estoy jubilado. No tengo muchas cosas que hacer.” Yo le dije, “Todos los días tengo que entrevistarme con muchas, muchas personas. Otra vez, no tengo tu buen karma. Eso muestra que he venido al mundo para pagar mis deuda.” Después de que yo dijera estas cosas, mi hermano se sentía mucho mejor.

El domingo es un día libre, pero, ¡qué pena! Tengo que impartir una conferencia aquí. Efectivamente he venido al mundo para aceptar mi retribución kármica.

También nosotros hemos venido a este mundo para cumplir nuestras aspiraciones y votos. El “voto” en el Budismo es el compromiso o la promesa más fuerte que uno puede hacer.

Cada uno de nosotros tenemos aspiraciones y hemos hecho promesas, compromisos y votos. ¿No es verdadero eso?

Creo que cada uno aquí ha realizado compromisos y promesas para nosotros mismos y para los demás tanto en esta vida como en las vidas previas. Cuando yo hice el servicio militar en el ejército, hace muchos años, me gustaba mucho leer, pero no tenía dinero para comprarme libros. Un buen amigo mío me dijo, “Cuando tenga suficiente dinero, montaré una librería, así podrás tener todos los libros que quieras.” Yo estaba muy agradecido por lo que me dijo y recé la oración al Bodhisattva Avalokitesvara con la esperanza de que mi amigo pudiera tener éxito en montar su librería. Ambos hicimos compromisos. Mi amigo hizo el compromiso de montar una librería para que yo pudiera tener libros, y yo empeñaba mi ayuda a través de mi confianza en el Bodhisattva Avalokitesvara.

Él todavía no ha abierto la librería. Yo todavía sigo esperando. Quizás incluso en la próxima vida, me encontraré preguntándole a mi amigo, “¿Cuándo vas a abrir tu librería?” Tal vez él dirá, “Tú dijiste que irías a rezar oraciones al Bodhisattva Avalokitesvara por mi librería. Eso todavía no ha ocurrido y es tu culpa.”

¿Hemos hecho promesas que no cumplimos? Las personas enamoradas prometen todo tipo de cosas, pero las olvidan cuando se casan.

Cualquier compromiso no cumplido tendrá que ser oportunamente pagado. Nosotros entramos en el mundo para cumplir con nuestras obligaciones y pagar nuestras deudas. Los compromisos y votos que le adeudamos a alguien deben ser cumplidos.

Cuando la gente se aprovecha de usted o le hace sentir incómodo o descontento, no necesitas pensar, “Yo les adeudo a estas personas y tengo que pagarles en esta vida.” Considérelo de esta manera: “Yo prometí algunas cosas en una vida pasada, así que lo que yo sufro ahora cumple aquél compromiso.”

Hasta aquí, yo he hablado de afirmar el ego, nuestras metas, y ver el ego como es. Debemos entonces ser maduros, trascendernos y transformarnos a nosotros mismos de seres sensibles ordinarios a Bodhisattvas.

El proceso de madurar implica tanto dejar atrás la preocupación por el ego, como reorientarse a sí mismo hacia el beneficio de los demás. Entonces estarás dispuesto a soportar cualquier inconveniente, problema, sufrimiento y molestia por el beneficio de los demás. Para salvar a los seres sensibles del sufrimiento, como los budistas hacen el voto de hacer, requiere que den cualquier cosa que se necesite, sea tiempo, dinero, o todo tu esfuerzo. Cuando das, parece que pierdes algo. Un Bodhisattva no pone atención a la pérdida. Lo importante es la responsabilidad para ayudar a los demás seres sensibles.

Para abandonar voluntariamente su propio beneficio, el ayudar activamente y cuando es necesario sufrir por el bien de los seres sensibles es la correcta actitud. Cuando nuestras acciones en el interés de los demás son voluntarias, disminuye nuestro propio sufrimiento. Es cuando el sufrimiento y la molestia son involuntarios, que son muy difíciles de tolerar. Los que están en el Camino del Bodhisattva deben descuidar su propio beneficio, a pesar de la incomodidad o molestia que esto podría causar. Incluso si los seres sensibles a los que prestamos ayuda no expresan su agradecimiento, no tendremos arrepentimientos. Eso es la sabiduría y compasión, y el Camino del Bodhisattva.

La tercera y última etapa del desarrollo de acuerdo con el Chan es la liberación completa del ego. En ese momento, uno pasa del nivel del Bodhisattva a la Budeidad. Después de que hayamos dejado ir completamente al ego, devolvemos el beneficio de nuestra realización a la sociedad y al mundo. El beneficio personal ya no es preocupación. Nosotros ofrecemos todo, cualquier cosa que nos pertenezca y cualquier cosa que hayamos logrado para todos los seres en todas partes. No tenemos sensación de haber logrado o perdido nada. Los seres sensibles se beneficiaran de nuestros esfuerzos, pero no experimentamos pérdida o logro. Eso es el no-ego, la etapa de la profunda iluminación.

Si alcanzas la profunda iluminación, ya no necesitarás escucharme hablando de los puntos de vista sobre la vida, debido a que ya no tendrás un punto de vista de la vida. En el Chan, el punto de vista final y transcendente de la vida humana es el no punto de vista de la vida humana. Entonces, ¿qué hay allí para decir?

Tener un punto de vista de la vida es la condición de los seres sensibles ordinarios. Transcender esta idea es la condición de un ser profundamente iluminado. Tal persona tiene la capacidad de tratar con un problema inesperado o una tarea difícil que debe ser llevada a cabo.

Hay muchos koans Zen que ilustran este punto. En uno de ellos, un monje pregunta, “¿Cuál es el lugar donde no crece ni una brizna de hierba?” El maestro contestó, “Cuando estés afuera, cualquier lugar estará lleno de hierbas fragantes.” Y entonces añade, “Puedes recorrer el mundo entero, y no verás ninguna hierba fragante.” Yo podría reformular la pregunta como, “¿Cuál es el lugar donde no puedes ver ninguna brizna de hierba?” La respuesta es muy especial y puede parecernos bastante extraña. “No importa dónde mires, la hierba fragante está en cualquier lugar.” Seguido por, “Podrás caminar por todo el mundo, pero no verás ninguna hierba fragante.” Si todos los lugares están llenos de hierbas fragantes, entonces no las reconocerás o incluso no les dará un nombre. Por ejemplo, si cada ser sensible en el mundo es un perro, entonces no existe ninguna razón de llamar a cualquier ser “perro.” La realidad de la vida es evidente en todas partes. Es solo un tema de comprenderlo. Pero si buscas decididamente la realidad, no la encontrarás nunca.

Otro koan narra acerca de dos monjes Chan que estaban viajando, y pasan por un templo aislado y desierto. Uno de los monjes necesitaba orinar, así que él orinó en la sala del templo, delante de la estatua del Buda. El otro monje lo regañó: “Mira, el Buda está ahí. ¿Cómo puedes orinar aquí?” El primer monje dijo, “Dime dónde el Buda no está, y orinaré allí” El otro monje dijo: “Buda está en todas partes.” Entonces el primer monje dijo alegremente, “En ese caso, puedo orinar en cualquier lugar.”

Hablé de los cuatro niveles de visión o entendimiento de la vida humana, y de transcender estos puntos de vista. Espero que no estemos en el primer nivel, el nivel animal. Tal vez se reconocieron a sí mismos cuando hablé del nivel ingenuo, o el tercer nivel, el nivel de la sabiduría mundana de artistas, filósofos, etc. Todos deberíamos trabajar hacia el cuarto nivel, el punto de vista de la vida humana que se basa en la realidad última, y deberíamos hacer el voto de transcender finalmente la necesidad de un punto de vista de la vida humana. Vamos a esforzarnos para alcanzar ese voto.
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