P4: Basta con realizar buenas obras a menudo, ¿por qué molestarse en mantener los preceptos? ¿Cómo se aplican los preceptos en nuestra vida diaria?

Aunque hacer buenas obras con frecuencia puede ayudarnos a acumular méritos y cultivar bendiciones kármicas, sin embargo, si no mantenemos los cinco preceptos y creamos karma no virtuoso, es muy probable que perdemos la oportunidad de renacer nuevamente como ser humano en la próxima vida. Por ejemplo, algunos animales de compañía disfrutan de muchas bendiciones kármicas, pero no son capaces de aprender sobre el budismo y dedicarse a la práctica budista de la misma manera que lo hacemos nosotros los seres humanos. Por consiguiente, el mantenimiento de los cinco preceptos es la provisión espiritual necesaria para aquellos que desean renacer nuevamente en el reino humano.

Por supuesto, los preceptos budistas no se limitan solo a los cinco preceptos. En un sentido más amplio, los preceptos se refieren a mantener constantemente los pensamientos de respetar, proteger y cuidar a todos los seres sintientes en todo momento y en cualquier espacio. El Buda Shakyamuni enseñó a sus discípulos: "No hagáis malas acciones; realizad buenas obras; purificad vuestra propia mente. Estas son las enseñanzas de todos los Budas". Las dos primeras declaraciones implican abstenerse de cometer el mal a través de nuestras acciones corporales y verbales, así como hacer buenas obras para beneficiar a los demás. Por otro lado, "purificad vuestra propia mente" consiste en la importante esencia de mantener los preceptos. Podemos comenzar cultivando primero buenos hábitos por medio de nuestras acciones corporales y verbales, y luego extendernos más a la purificación de nuestras acciones mentales a través de la autoconciencia y la autorreflexión. De esta manera, nuestros comportamientos, palabras y pensamientos estarán naturalmente de acuerdo con el espíritu de los preceptos.

Aquellos que mantienen con diligencia los preceptos darán a los demás una sensación de calma y seguridad. Al mismo tiempo, tendrán un corazón cuidadoso y bondadoso y no causarán problemas a los demás. Observar los preceptos no se limita solo a hacer buenas obras por el bien de los demás, sino que también se trata de albergar una mente agradecida y comprender que la propia seguridad y bienestar provienen del apoyo de los demás. Por consiguiente, cuando estemos dispuestos voluntariamente a contenernos y abstenernos de hacer daño a los demás, crearemos un ciclo virtuoso de benevolencia mutua en nuestras vidas. Cuando podemos pensar no solo en nuestra propia comodidad y preferencias, sino también en respetar y considerar las necesidades de los demás, transitaremos en el camino del Bodhisattva que beneficia tanto a nosotros mismos como a los demás.
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