Al ser diagnosticado con una enfermedad, los pacientes necesitan recibir tratamiento y es posible que tengan que ingresar y salir del hospital varias veces. ¿Cómo viven los pacientes en paz con la enfermedad y cómo se comunican con sus familiares y el personal médico? Cuando nuestra vida está llegando a su fin, ¿cómo nos preparamos para la muerte? Podemos emular la actitud del Venerable Maestro Sheng Yen, fundador de la DDM, hacia la enfermedad: “Deja tu enfermedad al médico y tu vida al Buda y los Bodhisattvas (o a tus propias creencias). Al hacerlo, serás una persona saludable sin nada de qué preocuparte”.

Esperando un diagnóstico: aceptando el hecho de la enfermedad con una mente de ecuanimidad

Antes de que se confirme el diagnóstico, la ansiedad de esperar un diagnóstico puede ser atormentadora. Cuando el resultado revela una enfermedad grave, la mayoría de las personas reaccionan como si estuvieran sentenciadas a muerte: sintiéndose asombradas, inseguras y aterrorizadas. De esta manera, no sólo nuestro cuerpo físico está enfermo, sino que nuestra mente también se siente angustiada. A lo largo del proceso de cuidar al Maestro Sheng Yen durante el tratamiento de su enfermedad, el Venerable Chang Kuan, antiguo asistente del Maestro, fue testigo de la mentalidad y los métodos de práctica demostrados por el Maestro al enfrentar las diferentes etapas de su enfermedad. Esto ciertamente puede ser inspirador y motivador para muchos.

1. No te condenes a muerte cuando se te notifique un diagnóstico de cáncer u otra condición grave. Esto solo te asustará, profundizará tu miedo y aumentará tus preocupaciones.

2. Muchos pacientes se resisten a aceptar el hecho de que están enfermos. Para contrarrestar esta tendencia, deben comunicarse racionalmente con el personal médico y buscar consejo, sin asustarse por los comentarios del médico ni rechazar sus recomendaciones. De hecho, deben tomar medicamentos si es necesario y programar un chequeo cuando sea indicado.

3. No seas ni demasiado optimista ni demasiado pesimista acerca de tu condición física. No abrigues expectativas excesivas de recuperación, pero tampoco te rindas.

4. Calma primero tu mente y tendrás paz física. La mente afecta al cuerpo. Si tienes una fe religiosa, usa el poder de tu fe para ayudar a calmar tu mente. No tomes consejos médicos de personas no calificadas.

5. El apoyo familiar es muy importante, especialmente para el paciente. La familia debe ser franca con el paciente; éste tiene derecho a ser informado de su estado. Participa más en la discusión y haz los arreglos necesarios con anticipación.

Aunque es normal que nos resulte difícil aceptar que nos diagnostiquen una enfermedad grave, no debemos permitirnos caer en una emoción injusta pensando: “¿Por qué yo?”. Los budistas deberían reconocer la impermanencia y la ley de causa y efecto, así como el hecho de que todo sucede por una razón. El Venerable Chang Kuan mencionó que cuando el Maestro Sheng Yen se enteró de que tenía un tumor, su estado de ánimo no fluctuó y adoptó la actitud de “Cuatro pasos para manejar un problema”: enfréntalo; acéptalo; trátalo; y déjalo ir. “Da lo mejor de ti mientras te preparas para lo peor.” Debemos comprender que la impermanencia es un factor en la vida, que está más allá de nuestro control. Solo al estar mentalmente preparados podemos adaptarnos mejor y aceptar la desgracia.


Empezando el tratamiento: abrazando la empatía reduce el malestar físico y mental

Una vez confirmado el diagnóstico, el siguiente paso es comenzar a recibir tratamiento, que sin duda alguna tendrá un gran impacto en la vida. El Venerable Chang Kuan indicó que, después de que el Maestro Sheng Yen comenzara su tratamiento, también empezó a hacer cambios, como ajustar su horario diario y mudarse de Jinshan a un lugar en el centro de Taipei cerca del hospital.

El tratamiento es un proceso que puede poner a prueba al paciente, los familiares, los médicos y las enfermeras. A lo largo del tratamiento, el paciente puede sentirse cada vez más incómodo, lo que conduce a inestabilidad emocional, afectando indirectamente a los médicos, las enfermeras y los cuidadores. De hecho, una relación armoniosa entre médicos y pacientes es crucial, lo que puede, de hecho, influir en la condición del paciente. Los pacientes deben tratar de contemplar y reflexionar sobre su propio cuerpo y mente. Para este propósito, la empatía es muy importante. Aquí, el término “empatía” no se refiere a su significado general de mostrar piedad por los enfermos. “La idea budista de la empatía es relacionarse con los sentimientos de la otra persona: 'Puedo relacionarme con cómo te sientes'”. El Venerable Chang Kuan continuó compartiendo que tanto los médicos como los pacientes deben adoptar una mente empática, poniéndose en el lugar de los demás y siendo más considerados los unos con los otros.

1. Los pacientes deben tratar de expresar claramente su malestar, en lugar de usar un lenguaje emocional, como “me duele hasta la muerte, ¡no me toques!”, “¡ni siquiera sabes cuánto dolor tengo!” “es fácil para tí decirlo ¡tú no eres el que se está enfermando!”

2. No hace falta que aguantes la sensación de dolor, pero tampoco es necesario magnificarla. Intenta relajarte y no centres tu atención en la sensación de dolor. Si has aprendido a meditar, utiliza los métodos de práctica para relajar todo el cuerpo.

3. Cuando los cuidadores escuchan al paciente llorar de dolor, primero deben aplicar una actitud de cuidado para averiguar cuánto dolor está experimentando el paciente a través de la escucha atenta y la comunicación. Al hacerlo, pueden tratar adecuadamente el dolor del paciente. Por ejemplo, cuando los pacientes a menudo se quejan del dolor constante en todo el cuerpo, podría ser que solo estén magnificando su dolor. Cuando esto suceda, primero puedes tocar su cuerpo para ayudarlo a identificar los puntos de dolor y luego dar un masaje o aplicar una compresa caliente para aliviar su malestar.

4. Para desviar su atención, los pacientes pueden intentar dedicarse a cosas que les gusta hacer, como pintar, leer u observar las plantas. Además, los budistas pueden recitar el nombre del Buda, los dharanis (o mantras) y los sutras. Concentrarnos en un método de práctica puede ayudarnos a olvidarnos de la enfermedad y de la sensación de dolor.

5. Los pacientes deben tratar de moverse con más frecuencia. Incluso si tienen que permanecer acostados en la cama del hospital la mayor parte del tiempo, pueden ajustar la altura de la almohada y la cama para cambiar su postura mientras están acostados en la cama. Si pueden levantarse de la cama, pueden hacer algunos ejercicios simples. Pueden intentar dar un paseo por la sala del hospital, ya que esto ayuda a mejorar su estado de ánimo en lugar de mantenerlos aislados.

6. Una vez que estamos enfermos, debemos ser buenos pacientes y aceptar el cuidado de los demás con tranquilidad. Los cuidadores, por otro lado, deben atender y acomodarse a las necesidades del paciente, en lugar de implicarse o imponer sus propias opiniones subjetivas.


Convivir con la enfermedad: generar gratitud y aumentar vitalidad

Durante el curso de tratamiento, una enfermedad puede venir e irse y, por lo tanto, los pacientes pueden ingresar y salir del hospital varias veces. Muchos de ellos son propensos a la depresión e incluso pueden quejarse de su situación. En este momento, los pacientes deben cultivar una mayor gratitud, sabiendo que hay muchas personas trabajando duro para ellos. Los pacientes deben sentirse agradecidos con los familiares, médicos y enfermeras que los atienden. El Maestro Sheng Yen mencionó una vez en su libro "Ascending the Summit (Ascender la Cumbre, 抱疾遊高峯, en chino)": "Con un cuerpo como el mío, he estado enfermo toda la vida y he vivido más de setenta años. Por supuesto, ¡merezco ser feliz para poder seguir transitando el camino del Bodhisattva!"      

1. Todos los días, cuando abres los ojos, puedes estar agradecido de que todavía estás vivo.

2. En el proceso de tratamiento, puedes reemplazar las quejas con expresiones de gratitud, así como empatizar con el arduo trabajo y los
esfuerzos de tu personal médico y cuidadores. Al comunicarte con ellos, debes comprender que lo que se está hablando es la enfermedad en sí misma, sin involucrar tus emociones.

3. No te olvides de tu sentido de humor cuando estés enfermo. La alegría puede ser contagiosa. Ya sea el paciente, los cuidadores o el personal médico, cualquiera puede usar palabras humorísticas para hacer que las personas se relajen física y mentalmente. Al hacerlo, uno está brindando un sutil estímulo espiritual a los demás.

4. No te olvides de ser agradecido contigo mismo, diciéndote que tú también eres un guerrero de la vida, y así puedes vivir en paz con la enfermedad.

5. Todos los días, antes de acostarte, agradezca haber tenido otro día sano y salvo.



Extender la atención amorosa a los pacientes: usar la compasión para difundir calidez en el mundo

Además del apoyo del personal médico y los miembros de la familia, el apoyo mutuo entre los pacientes también es una fuerza de apoyo invisible en el proceso de tratar una enfermedad. El hecho de que los pacientes compartan sus experiencias puede inspirar aún más confianza y empatía. Cada vez que el Maestro Sheng Yen regresaba al hospital para un examen físico o hemodiálisis, extendía activamente una atención amorosa a los pacientes que también estaban pasando por estos tratamientos, haciéndolos sentir cariñosos e incluso olvidarse de su dolor físico. Se menciona en el libro "A Wonderful Life in My Late Years (Una Vida Maravillosa en Mis Últimos Años, 美好的晚年, en chino)" que, antes de entrar a la sala de operaciones, el Maestro Sheng Yen nunca se olvidó de hacer un voto y oró: "Que todos los pacientes en el mundo que entren en el quirófano estén libres de miedos y preocupaciones, y que se recuperen lo antes posible después de la operación; que nadie en el mundo necesite tener una operación.”

1. Aunque estés enfermo, cuando brindas atención sincera y amorosa a otros pacientes, ya sea con una sonrisa o un simple saludo, los pacientes pueden alentarse mutuamente.

2. Cuando no pones atención en ti mismo, sino que brindas atención amorosa a los demás desde el fondo de tu corazón, encontrarás que tu dolor físico parece más manejable. Esta es la compasión que te beneficia tanto a ti mismo como a los demás.

3. Existe una práctica de compasión en el budismo: imagina a una persona que sufre frente a ti. Cuando generas compasión hacia esta persona, imagina que estás enviando paz y alegría a esa persona que sufre. Cuando estés enfermo, desea que todos los seres sintientes estén en paz y no tengan que sufrir enfermedades.


Enfrentar la muerte: prepararse de antemano y despedirse adecuadamente

Incluso si los pacientes están gravemente enfermos, la mayoría de ellos todavía tienen la esperanza de recuperarse. Sin embargo, la vida es impermanente y la muerte es inevitable. Por lo tanto, ya seas paciente, médico o cuidador, debes estar mentalmente preparado para que la muerte llegue en cualquier momento. Hay que prepararse bien para la muerte, despedirse bien y no dejar remordimientos. Antes de su fallecimiento, el Maestro Sheng Yen hizo un testamento por adelantado y él mismo organizó el funeral. Al hacerlo, transmitió a la gente el mensaje de que “la muerte no es trágica ni alegre, sino la ocasión para una solemne ceremonia y práctica budista”.
  1. El budismo sostiene que "todos los fenómenos condicionados son impermanentes". Cuando estamos sanos, no lo sentimos tan profundamente, pero cuando estamos gravemente enfermos, sentimos que la muerte está muy cerca. Por lo tanto, el enfermo puede "prepararse para la muerte" de antemano.
  2. No huyas de hablar de la muerte. La mayoría de la gente considera que la muerte es un tema de conversación tabú y, por lo tanto, a menudo evita hablar de ello. Los pacientes y los cuidadores pueden tratar de hablar del tema de la muerte. Por otro lado, el hábito ocasional de evitar hablar de la muerte aumentará la angustia mental de ambas partes.
  3. El amor debe expresarse de manera oportuna a través de hablar abiertamente de la muerte, preguntar al paciente sobre los arreglos de su funeral o expresar gratitud o disculpa. Esto asegura que no habrá remordimientos en la etapa final de la vida.
  4. Lo más difícil de dejar ir para las personas es el afecto familiar. Los cuidadores también deben estar preparados mentalmente para no dejar que el paciente se apegue a sus seres queridos, lo que les impediría salir con tranquilidad.
  5. Recuerda que la "impermanencia" está siempre presente. Biológicamente, toma las formas de nacimiento, envejecimiento, enfermedad y muerte; psicológicamente, toma las formas de surgir, permanecer, cambiar y perecer; y, finalmente, en el ámbito de la física, toma las formas de creación, continuación, destrucción y vacío. (cuatro fases de un ciclo mundial o cuatro kalpas medianos)
  6. La muerte solo ocurre cuando todas sus causas y condiciones están presentes. Sin embargo, incluso si te recuperas de la enfermedad, la muerte llegará inevitablemente algún día, por lo que debes estar mentalmente preparado.

El Maestro Sheng Yen a menudo enseña a los pacientes a no "asustarse a sí mismos", es decir, a no aumentar el "dolor de la enfermedad" generando sufrimiento a partir del dolor mismo, que a su vez dará lugar a aflicciones mentales. En este caso, los pacientes siempre deben utilizar los métodos para relajar el cuerpo y la mente.
 
Para los cuidadores, la enfermedad de un ser querido es una oportunidad para practicar la bondad amorosa y dejar ir. Los cuidadores se esfuerzan mucho en cuidar al paciente, pero no deben caer en la trampa emocional del “lo hago por tu bien”, y mucho menos permitirse el duelo de la “pérdida”.
 
Los médicos y enfermeras deben hacer todo lo posible para cuidar a los pacientes y "tratar a los pacientes como si fueran sus seres queridos". Pueden considerar lo que harían si los pacientes fueran sus seres queridos que están enfermos. Al hacerlo, la comunicación y la interacción entre médicos y pacientes mejorará considerablemente.
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