Algunas personas se ponen nerviosas cuando oyen la palabra “preceptos”, pensando que después de tomarlos se verán restringidas por muchos dogmas religiosos, o que una vez que tomen los preceptos no se les permitirá hacer muchas cosas y perderán la libertad de hacer lo que quieran en su vida. Por consiguiente, solo quisieran aprender las enseñanzas del Buda, sin tener ganas de tomar los preceptos budistas.

Redes de protección para los practicantes budistas

De hecho, este tipo de pensamiento proviene del malentendimiento del significado de preceptos y la falta de comprensión suficiente de la finalidad y el contenido de los preceptos. La finalidad de los preceptos budistas no es pedir a los practicantes que no digan ni hagan nada, sino más bien, recordarles a ellos que no hagan cosas que podrían provocar daño tanto a ellos mismos como a los demás. Por consiguiente, podemos decir que la finalidad de los preceptos budistas radica en protegernos a nosotros mismos, los practicantes, y también a los demás. Por ejemplo, cuatro de los Cinco Preceptos, es decir, no matar, no robar, no tener una conducta sexual inadecuada y no mentir, son principios fundamentales del ser humano. En cuanto al quinto de los Cinco Preceptos, no tomar intoxicantes, su finalidad es para evitar que los practicantes budistas pierdan el control de su mente bebiendo alcochol y consumiendo drogas, étc. Por lo tanto, los preceptos budistas, tales como los Cinco Preceptos y los Preceptos del Bodhisattva, para los practicantes son como redes de protección que nos permiten conseguir la paz interior en la práctica budista, dar lugar a un sentido de humildad al reflexionar sobre las deficiencias que hay en nosotros, arrepentirnos frecuentemente de nuestros fallos y modificar nuestra conducta, de esta manera vamos mejorando nuestra calidad de vida.

Tomar los preceptos significa que uno está dispuesto a aceptar las enseñanzas del Buda, a aprender de la sabiduría del Buda, a seguir a un maestro iluminado para que sea la luz orientadora en su práctica; y a convertirse felizmente en un verdadero budista. 

En la Ceremonia de Toma de Refugio, cuando nos refugiamos en las Tres Joyas, el Buda, el Dharma y la Sangha, normalmente también tomamos los Cinco Preceptos. Para los budistas, los Cinco Preceptos no solo son los cinco principios básicos para la vida, sino también son los fundamentos de todos los preceptos budistas. ¿Por dónde empezamos nuestra práctica budista? Empezamos por aprender de las acciones del cuerpo, el habla y la mente del Buda. La práctica budista consiste en corregir nuestras acciones incorrectas y realizar buenas obras en la vida cotidiana. Guardar los preceptos nos ayuda a tener un temperamento más estable y a aprender a comportarnos mejor y de una manera más amable. Por consiguiente, a través de guardar los preceptos no solo podemos elevar nuestro carácter, sino también podemos demostrar amabilidad con los demás.

Con mente y cuerpo pacíficos vienen menos preocupaciones

Guardar los preceptos no solo puede traer paz y tranquilidad a nuestra vida, sino que también puede ayudarnos a dominar y transformar nuestras aflicciones mentales internas. Las aflicciones surgen generalmente de las emociones temporales tales como la codicia, el enfado, la obsesión, étc. En este estado de aflicción, la mente es como el sol cubierto por las nubes. En este momento, los preceptos pueden recordarnos el mantenernos en la senda correcta, guiándonos en la dirección correcta, como el sol que sale entre las nubes. Por ejemplo, podríamos herir involuntariamente a los demás con palabras, pero después de tomar el precepto de “abstenerse de hablar con rudeza”, nos recordamos a nosotros mismos el no decir cosas sin pensar que puedan herir los sentimientos de otros y el aprender a hablar y usar palabras suaves. De este modo, guardar los preceptos no solo puede ayudarnos a desarrollar la sabiduría, sino tambien a cultivar la compasión.

Los preceptos budistas no se tratan solo de “abstenerse de todas las acciones malas”, sino también de “realizar todas las buenas obras” tanto como se pueda, cuya finalidad radica en purificar nuestra mente y cuerpo y poner en práctica el camino del Bodhisattva, que puede beneficiar tanto a uno mismo como a los demás. A través de tomar los preceptos, aprender los preceptos y guardar los preceptos, no solo podemos realizar las buenas obras, hablar amablemente y transformar la mala suerte en buena suerte, sino que también podemos aprender del Buda y finalmente alcanzar la Budeidad.

 
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