Haz lo mejor que puedas, aprende tanto como puedas, no te compares con los demás, haz el trabajo que deberías y que puedes hacer con una mente común, y estarás contento en tu trabajo.
En un mundo fluctuante, la perseverancia es una importante virtud. Sólo a través de la perseverancia a uno le es posible hacerse merecedor del tipo de trabajo que desea.
En la oficina, evita compararte con los demás. Sólo trabaja de todo corazón para contribuir al grupo y sé considerado con los demás. Entonces habrás hecho bien como persona.
Un buen gerente no adula al jefe ni explota a aquellos por debajo de él, sino que cuida a sus subordinados y coordina las tareas eficazmente para llevar a cabo lo que el jefe quiere.
Los gerentes y empleados, ambos son necesarios para un negocio exitoso. Deberían apreciarse mutuamente y tratarse unos a otros con un espíritu de igualdad y colaboración.
La relación entre empleador y empleado es tanto ética como financiera. Un jefe debería cultivar una visión con la que todo el mundo pueda identificarse y tratar a sus empleados como familiares y estar preparado para su partida.
No seas tan exigente acerca de los trabajos. Trata de adaptarte a las condiciones y trabaja arduamente en cualquier trabajo que consigas. Si es posible, continua tu entrenamiento; si no, trabaja pacientemente hasta que las condiciones sean adecuadas para un cambio.
El trabajo ofrece el sentido y valor a nuestras vidas. Seamos voluntarios o no, trabajamos para realizar una contribución en lugar de esperar recompensa. Esta actitud nos trae alegría y salud.
El Dharma puede ayudarnos a alcanzar un estado mental más tranquilo, reducir las emociones negativas y generar emociones positivas en nosotros, que son invaluables en en todos los ámbitos de la sociedad.
Al feto le afecta el estado de ánimo de su mamá y la interacción con el mundo exterior. Si la mamá recurre a la práctica espiritual y a la música para mantenerse relajada y alegre, el bebé nacerá inteligente y con un temperamento dulce.
El destino de una persona está indisolublemente ligado a su mente. Si uno modifica la mentalidad y las concepciones, el destino y la suerte también van a cambiar.